
Dos años de guerra en Gaza
Enfermera de emergencias, Santos acaba de regresar de Jan Yunis donde ha coordinado a los equipos de Médicos Sin Fronteras en la Franja de Gaza: «El Ejército de Israel está asesinando a niños todos los días»
«Israel está haciendo de Gaza un sitio inhabitable, de manera que la población no tenga más remedio que salir» ha denunciado Esperanza Santos, coordinadora de emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la Franja, recién llegada a Madrid. En Gaza, Santos se ha encontrado con una población «asediada» bajo bombardeos, con vuelos rasos que causan terror psicológico, niños asesinados «todos los días» y ciudadanos mutilados o acribillados al acercarse a un hospital o en los repartos de comida de la ayuda humanitaria.
Esta enfermera madrileña, especialista en emergencias y que trabaja con MSF desde 2006, ha tenido su base de operaciones en Al Mawasi, la zona costera de Jan Yunis (sur de la Franja), a la que recientemente se han visto desplazados forzosamente alrededor de 500.000 palestinos, debido a la operación «ofensiva final» lanzada por Israel sobre la Ciudad de Gaza.
«Cuando llegué a principios de agosto había una situación de bloqueo completo», ha explicado este lunes Santos a los medios de comunicación en una rueda de prensa en el local madrileño de MSF. «No había mercados, no se veía comida en las calles. Teníamos el problema de la hambruna, pero a la vez una esperanza de alto al fuego. Luego empezó a entrar comida, pero se desvaneció el sueño de un alto al fuego con la declaración del Gobierno de Israel de la ofensiva de la ciudad de Gaza».

La población sobrevive en las peores condiciones a un asedio continuado, según ha descrito. «No hay ningún momento en el que la población desconecte y pueda pensar que no está metida en un infierno». Y carecen de refugios que les garanticen la seguridad: «El territorio es tan pequeño que continuamente estás escuchando bombardeos, cuando no aviones militares volando raso o los drones de vigilancia. A veces ni siquiera lanzan bombas, simplemente suenan volando bajo durante la mitad de la noche para que la gente se despierte, para que sienta esa presión de estar continuamente siendo consciente del infierno», ha explicado.
«No hay ningún momento en el que la población desconecte y pueda pensar que no está metida en un infierno»
Médicos Sin Fronteras ya estaba desplegada en Gaza antes del 7 de octubre de 2023, fecha de los atentados terroristas de Hamás que dejaron más de 1.0000 muertos y 250 rehenes (50 de ellos todavía siguen cautivos). Por eso la organización cree que ha tenido más facilidades para mantener su contingente de 40 trabajadores humanitarios internacionales y 1.100 palestinos. En los últimos dos años, MSF ha llevado a cabo 1,1 millones de consultas médicas, cirugías, partos, atenciones de salud mental y urgencias en la Franja. Y ha perdido a trece cooperantes en bombardeos. Además, el viernes pasado, la ONG anunciaba que cesaba sus actividades en la Ciudad de Gaza, al no poder garantizar la seguridad ni de su personal ni de las personas atendidas.
En este tiempo más de 65.500 personas han sido asesinadas en Gaza y más de 175.000 han resultado heridas por los ataques de Israel, ha recordado la coordinadora de MSF, citando las cifras del ministerio de Salud gazatí: «Estamos hablando de que más del 10% de la población de Gaza que está herida o muerta de este conflicto».
Santos ha asegurado que «el Ejército de Israel está asesinando a niños todos los días.«. Recientemente a solo 300 metros de uno de los centros de Médicos Sin Fronteras en el sur, en mitad del día «un dron con explosivos estaba patrullando y los cinco niños que estaban yendo a por agua, los cinco niños murieron«, ha contado. También cómo el 25 de agosto Israel bombardeó un hospital con el objetivo de derribar una cámara instalada en una escalera. El primer misil la derribó, los dos siguientes cayeron sobre los equipos de rescate de los pacientes afectados por el derrumbe del edificio de urgencias: «Donde uno se supone que tiene que recibir ayuda, lo que se puede encontrar es la muerte.No hay ningún lugar seguro en Gaza«, ha descrito.

Otra de las reflexiones de la coordinadora de MSF ha sido que el Gobierno de Israel controla absolutamente todo lo que pasa en Gaza, por lo que la población vive a su merced. «Ahora mismo el Gobierno de Israel decide cuándo y cuánta comida entra en Gaza. También decide cuánta agua entra en Gaza (porque la pueden cortar o impedir su potabilización). Asimismo decide cuánto se pesca. Hay puesta una línea con boyas en la zona donde se puede pescar. No creo que no haya más de 100 metros desde la costa. Y ahí la gente se adentra con redes de arrastre hasta que se les bombardea porque ya se considera que no hay que pescar más».
«En mitad del día un dron con explosivos estaba patrullando y los cinco niños que estaban yendo a por agua, los cinco niños murieron»
Santos ha sido especialmente crítica con el reparto de alimentos que lleva a cabo Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la organización a la que Israel ha encargado la distribución de alimentos en la Franja de Gaza, una subcontrata de empresas estadounidenses. «Es la mayor aberración humanitaria que he visto en mi vida«, ha definido. «Parece sacado de un videojuego violento». Según Santos, GHF no tiene en cuenta ningún criterio de vulnerabilidad de los beneficiarios de la ayuda y organiza el reparto bajo la ley del más fuerte: «El que llegue antes y es el más fuerte va a ser el que va a obtener la comida. Eso es cruel», ha asegurado.
Así mismo ha denunciado que en esos puntos de distribución se dispara a todo aquel que se salga de los perímetros impuestos. «Si estás esperando la señal y te mueves, mueres. Si sales por el otro lado, si sales corriendo por el pasillo, mueres. Porque hay gente armada que dispara a la gente que está intentando acceder a esa comida. Nos han llegado a nuestros hospitales incluso niño que estaban en sus tiendas de campaña con una herida de bala en la cabeza porque viven alrededor de un punto de distribución en los que todos los días hay ráfagas de disparos».

Santos dice que Israel ha arrasado gran parte de la franja de Gaza. Rafah, Jan Yunis y numerosos barrios de la ciudad de Gaza, ha dicho. «No quedan civiles, no queda nada de infraestructura, no quedan calles, no quedan farolas, no quedan edificios». Lo ha podido ver en sus desplazamientos por la Franja y lo volvió a comprobar este jueves cuando salía de Gaza por el sur y durante varios kilómetros no vio ni un edificio en pie.
Casi han pasado ya dos años de un conflicto que Médicos sin Fronteras hace tiempo que califica de «genocidio». La ONG internacional confía ahora que los testimonios de sus cooperantes que vuelven de donde la prensa internacional no puede entrar logren mantener la atención sobre lo que está sucediendo en Gaza para que cese «el horror de lo que se vive allí». La coordinadora de MSF en España, Raquel González, ha aprovechado para reivindicar mayor acción política para lograr un alto el fuego: «Los médicos no podemos parar un genocidio, son los líderes políticos los que tienen la capacidad y deben actuar con urgencia y contundencia para que esta masacre se detenga», ha pedido.
Fuente: 20 Minutos