Los anuncios de Javier Milei ya se sienten en las terminales.
La industria automotriz parece “picar en punta” en el camino que adelantó el flamante presidente, Javier Milei. “Estanflación” dijo a pocos días de asumir y pintó un panorama complicado. Algunas industrias ya proyectan caída en la producción.
Largaron
Las grandes automotrices, todas multinacionales, ya están ajustando sus negocios. O más bien a sus trabajadores. En estas semanas la tensión fue por la falta de acceso a dólares oficiales para mantener pagar a los proveedores piezas y autopartes. Un 40% se produce en Argentina, pero el resto en el exterior.
Nissan (Córdoba), General Motors (Santa Fe) y Ford (Tigre) suspendieron turnos, días y hasta adelantaron vacaciones por “falta de insumos”. Esto para negociar con el gobierno que libere divisas. Pero también anticipa las tensiones que genera los primeros síntomas de un estancamiento del sector.
Los informes de ADEFA (la cámara empresaria) dicen que en octubre se exportaron 28 563 unidades, casi un 25% menos que el mismo mes del año pasado. Además cayó un 20% en relación a septiembre.
En ese marco, algunas empresas “picaron en punta” y prendieron la motosierra. Renault-Nissan (Santa Isabel) quiere sacarse de encima 450 trabajadores. También aprietan con “retiros” en Mercedes Benz (González Catán). Les ofrecen distintos montos según sean efectivos o contratados. Ford adelanta vacaciones. Iveco Córdoba despidió cerca de 70 obreros en Córdoba. Toyota “desenganchó” a los administrativos de los acuerdos bimestrales del SMATA (aunque lo niega a la prensa).
¿Estancamiento y motosierra?
¿Qué discuten las multinacionales? La política de Milei tendrá consecuencias en el sector. El congelamiento del Mercosur puede impactar en las empresas que tienen la producción y los mercados integrados. La apertura comercial favorecería a algunas marcas (a otras no).
Aunque hay algunos matices, las multinacionales coinciden en su programa: Una aceleración de la devaluación que baje aún más el costo de la mano de obra (“competitividad” le dicen ellos). Que sigan los subsidios y quita de retenciones, como ya venía aplicando Sergio Massa. El “liberalismo” se acaba cuando hay que usar fondos públicos para negocios privados. Recortes de personal. Muchas empresas aspiran a tener un turno menos o al menos ajustar la cantidad de trabajadores. Si después “rebota”, aumentarán los ritmos como hacen siempre. Flexibilización laboral. Aunque todas tienen “convenios por empresa”, la idea es darles otra vuelta de tuerca como ya hizo Toyota con su propia “reforma laboral”. Como explica Daniela Cosentino en Letra P, “la reforma laboral que propone Milei también ilusiona a las automotrices y destacan el modelo que se adoptó en la década del 90 con anuencia del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA); y que prevé trabajar con fragmentación de vacaciones, turnos rotativos, la polivalencia funcional y el banco de horas que permite extender la jornada laboral si la producción lo requiere”.
Ese es el plan Milei-Rattazzi.
Los empresarios automotrices son oficialistas de todos los gobiernos. Desde Videla a Menem, pasando por los Kirchner, Macri y hasta Alberto. Aunque Massa era su mejor amigo, Milei tiene una correa de transmisión con los jefes de ADEFA.
De hecho, uno de los engranajes de la campaña de Milei en el mundo empresario fue Federico Ovejero, el vicepresidente de General Motors que se tomó su propio retiro voluntario para trabajar junto a Milei. Abogado de la UCA y ex alumno del Colegio Newman, suena como Secretario de Industria.
Pero además Cristiano Rattazzi, el farandulesco heredero de la familia Agnelli (FIAT), también está con el líder derechista. Esta semana dijo “me encanta el plan económico de Milei. Estoy de acuerdo. Hace años lo hablo con él”. Una de las banderas de Rattazzi es llevar el “modelo UOCRA” de seguro de desempleo a otros sectores, incluído el suyo.
Mientras ellos se organizan, el SMATA sigue en punto muerto. No ha dicho nada de los despidos encubiertos (y no tanto) que esconden los retiros voluntarios. Tampoco de los planes empresarios. Francisco “Paco” Manrique, diputado de Unión por la Patria y dirigente del SMATA, agitó que “muchas de las cosas que propone Milei sólo pueden llevar a un estallido social”. Pero en las fábricas del gremio parece que la idea es que “las cosas pasen”, evitando cualquier “estallido”.
Hay un plan de guerra contra los trabajadores, hay que preparar la resistencia. Y en el caso de las automotrices no es un problema solo de las terminales ni tampoco de Argentina. Está ligada a la suerte de miles y miles de obreros y obreras del neumático, metalúrgicas, autopartistas de todo tipo. No solo de Argentina, también de Brasil.
Fuente La Izquierda Diario