
Los especialistas revelan que esta actividad podría ser contraproducente; los problemas que desata y cómo prevenir lesiones
El running es en uno de los entrenamientos favoritos porque reúne muchas bondades: es una actividad accesible y relativamente económica ya que no se necesita pagar un gimnasio ni comprar equipos costosos. Además, se puede practicar en diferentes entornos, como parques, calles o senderos naturales, que brindan la posibilidad de distenderse y disfrutar del aire libre.
No obstante, si bien este tipo de entrenamiento aporta varios beneficios para la salud, los profesionales advierten que, en la mayoría de los casos, esta actividad se suele convertir en la única que los aficionados hacen e, incluso, se vuelven dependientes de ella. Según describe un estudio publicado por la revista Frontiers in Psychology esta necesidad constante de salir a correr puede desencadenar una adicción a la actividad física que, a largo plazo, puede provocar problemas para la salud.
Los especialistas que llevaron adelante el estudio indagaron en el concepto de escapismo, que suele definirse como ‘una actividad o tipo de entretenimiento que ayuda a evitar u olvidar situaciones desagradables o aburridas’, para comprender la relación entre correr, el bienestar y la dependencia del ejercicio.
“El escapismo es un fenómeno cotidiano, pero hasta ahora se sabe poco sobre las razones que lo motivan y cómo puede afectar psicológicamente”, dijo el Dr. Frode Stenseng de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega, autor principal de la investigación. En el escrito se explica que entre los beneficios psicológicos del escapismo se encuentran: el alivio de los pensamientos y emociones más estresantes y un menor nivel de rumiación.
Ahora bien, existen dos tipos de escapismo: el adaptativo y el desadaptativo. El primero tiene como fin salir en busca de experiencias positivas y se denomina también auto expansión. Mientras que el desadaptativo, busca evitar las experiencias negativas y se denomina auto supresión.
La evidencia.
Respecto de la puesta en marcha del proyecto, el equipo de investigadores reclutó a 227 corredores recreativos, mitad hombres y mitad mujeres. Luego se les pidió que completaran cuestionarios que se relacionaban con tres aspectos diferentes del escapismo y la dependencia del ejercicio: una escala de escapismo que medía la preferencia por la auto expansión o la auto supresión; otra escala de dependencia del ejercicio; y una escala de satisfacción con la vida diseñada para medir la satisfacción de los participantes en su día a día.
Como resultado, los científicos descubrieron que la auto expansión se relacionaba positivamente con el bienestar, mientras que la auto supresión se vinculaba negativamente. De todos modos, en el estudio se confirmó que el escapismo es un factor importante que influye en el deseo de ejercitar y que incluso, cubre tanto los aspectos adaptativos como los desadaptativos de la motivación por salir a correr.
“Se necesitan más estudios para poder ahondar en las consecuencias que tiene correr como método de escape”, dijo el Dr. Stenseng. Y añadió que estos hallazgos pueden ayudar a las personas a analizar cuál es la verdadera motivación que los incita a hacer esta actividad física. En caso de tratarse de una falta de adaptación, es necesario cambiar la mentalidad de escape hacia una de aprendizaje y expansión.

En relación con esta investigación, Sebastian Blasco (M.N. 52655), director de la Diplomatura en Psicología del Deporte de la Universidad Austral y autor del libro “Detrás del Deportista: la realización personal como victoria”, opina que todas las personas tienen cierta dosis de escapismo funcional. “Cuando no tenemos consciencia absoluta de lo que queremos y cuál es el sentido subyacente de nuestra existencia, nos invade la angustia. Y frente a esto aparecen los mecanismos de escape como el que se menciona en la investigación”, dice el profesional a la vez que hace énfasis en que cuando esa actividad escapatoria se convierte en el sentido de la vida, “ se presenta una dificultad que se denomina alienación”, aclara.
En palabras de Blasco, “el problema aparece cuando la persona recurre a esta actividad todo el tiempo para no escuchar la voz de su consciencia”. También puede suceder que, consciente o inconscientemente, uno comience a sobrecargar su agenda y llenarla de actividades como una manera de evasión.

Salir a correr: ¿qué hay que tener en cuenta?
Todo depende de la distancia: no es lo mismo correr 20 kilómetros todos los días que hacer un recorrido de solo cinco kilómetros. En general, cuando se hacen más de 10 km diariamente aparecen lesiones que pasan a nivel del metatarso y se producen fracturas por estrés. También destacar la importancia de dosificar el entrenamiento para no sobrecargar los músculos y, justamente, evitar daños.
Sumado a esto los problemas físicos más comunes que suelen aparecer cuando se sobre exige el cuerpo con el running son: periostitis tibial, fascitis plantar, fracturas de la base del quinto metatarsiano y fracturas de fémur. Para prevenirlas es importante alternar el entrenamiento para que los músculos descansen, usar el calzado correcto, tener un buen seguimiento médico y descansar como mínimo ocho horas para recuperarse.
Otro problema que aparece es el de estar extremadamente cansado al otro día, es una alerta de que estás haciendo más de lo que puedes. De esta manera, el agotamiento físico y mental es una primer pauta de alarma que en casos puede desencadenar en insomnio y amenorrea -falta de menstruación en mujeres-.
El deporte es salud pero también tiene un límite, somos humanos y tenemos un límite biológico, no somos robots. Pretender correr maratones de 42km de golpe y sin la correcta preparación es una locura absoluta.
Fuente Récord.com.do