Las delegaciones del Gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) iniciaron la quinta ronda de diálogos de paz, tras varios aplazamientos derivados de diferencias entre las partes sobre el secuestro de personas y los mecanismos de financiamiento de los grupos armados en proceso de desmovilización.
En un comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México y publicado en las redes de ambos equipos negociadores, se informó sobre la instalación de la mesa de diálogo en la capital del país latinoamericano.
“México reitera su permanente compromiso con la solución pacífica de las controversias y con la promoción de la paz y la seguridad en América Latina, así como su respaldo firme e inequívoco al proceso de paz entre el Gobierno de Colombia y el ELN”, dice el escrito.
Del mismo modo, la Cancillería mexicana expresa su confianza de que esta nueva ronda de negociaciones “abra vías para alcanzar una solución definitiva y duradera del conflicto“.
En el documento se afirma que ambos equipos negociadores seguirán contando con el acompañamiento del país anfitrión y de los Gobiernos de Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela; del Representante Especial del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia y de la Conferencia Episcopal de Colombia.
Además, estarán presentes en este ciclo representantes del Grupo de Países de Acompañamiento, Apoyo y Cooperación (GPAAC), integrado por Alemania, España, Suecia y Suiza.
La delegación del ELN publicó en X una foto de su delegación para este ciclo conversaciones y recordó que fue en ese país donde ellos y la representación del Gobierno de Gustavo Petro, firmaron el “Acuerdo de México”, documento que destacaron por contener “un modelo distinto de negociación de paz”, al exigir “cambios y transformaciones para la paz”.
Los pasos previos
Según el texto de Relaciones Exteriores, se hizo una reunión plenaria “luego de conversaciones sostenidas por ambas partes desde el 30 de noviembre pasado”. Previamente, el jefe de la delegación del Gobierno, Otty Patiño, había pedido en una carta pública una reunión “urgente y extraordinaria” con su par del ELN, ‘Pablo Beltrán’, antes del inicio de este ciclo, tras el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz.
La misiva fue replicada con múltiples comunicaciones del primer comandante del ELN, ‘Antonio García’, aparecidas en sus redes sociales, en las que critica abiertamente la metodología y los alcances de la ‘paz total’.
Inicialmente, los representantes del Ejecutivo propusieron como fecha de reinicio de las conversaciones el pasado 30 de noviembre, pero los delegados de la insurgencia no respondieron públicamente a la invitación hasta la noche de ese mismo día, cuando comunicaron en su cuenta de X que ya se encontraban en la Ciudad de México para retomar los intercambios. Sin embargo, creció la expectativa sobre la fecha que sería fijada puesto que no se conoció públicamente.
Tras conocerse el inicio de esta nueva etapa de conversaciones, Bruno Rodríguez, canciller de Cuba —país que participa en condición de garante del proceso—, saludó la instalación del quinto ciclo de diálogos y reiteró la disposición de la isla de contribuir para que las partes avancen hacia la paz.
La crisis
El formato entró en crisis tras el secuestro del profesor Luis Manuel ‘Mané’ Díaz, padre del jugador homónimo de la selección nacional de fútbol de Colombia a finales de octubre pasado, la víspera de las elecciones regionales.
La retención de Díaz se prolongó durante varias jornadas, durante las cuales crecieron los cuestionamientos sobre el compromiso del ELN con el abandono definitivo de las armas, la labor del Alto Comisionado de la Paz, Danilo Rueda, y la política de ‘paz total’ implementada por la Administración del presidente Gustavo Petro.
Entretanto, la delegación gubernamental tachó de “inaceptable” los secuestros y exigió la liberación inmediata e incondicional de las cerca de 30 personas que permanecen retenidas contra su voluntad.
Casi en paralelo, el Estado Mayor Central (EMC), una de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), anunció su retiro unilateral de las conversaciones con el Ejecutivo y el comisionado de Paz fue interpelado en el Congreso.
Rueda acabó siendo reemplazado por Patiño, quien lidera la delegación del Gobierno en los diálogos y el EMC accedió a regresar a la mesa, aunque la ley de ‘paz total’ impulsada por Petro fue llevada a la Corte Suprema, donde se impusieron límites a la suspensión de órdenes de captura a miembros de las organizaciones armadas que participen en los procesos de paz.
El nudo gordiano
Los recientes ‘impasses’ entre el Gobierno colombiano y el ELN pusieron sobre la mesa la cuestión relativa al financiamiento de grupos irregulares armados durante el proceso de desmovilización.
Así, mientras que el Estado condena categóricamente el secuestro como método de obtención de recursos, la guerrilla sostiene que es un mecanismo válido que debe mantenerse hasta tanto no se establezcan otros caminos, según se desprende de lo expresado a principios de noviembre por ‘García’ en su cuenta de X.
“Todas las estructuras del ELN tienen la orientación de realizar operaciones militares para conseguir finanzas, pues no nos financiamos del narcotráfico, somos una organización pobre como la mayoría de los colombianos y no nos avergüenza”, escribió García.
Fuente RT