Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- Muchos conocen la historia del efímero gobierno del profesor Juan Bosch en República Dominicana que fue derrocado el 25 de septiembre de 1963, siete meses después de su ascenso al poder.
Se habla de su honradez probada, su pensamiento democrático y sus ideales de un gobierno del y para el pueblo como las posibles causas del golpe de Estado perpetrado por un grupo de militares que aún mantenían la doctrina dictatorial de los 30 años de mandato de Rafael Leónidas Trujillo, ajusticiado en 1961.
Sin embargo, muy poco se conoce o habla de quien acompañara al presidente Bosch como su vicepresidente.
Se trata del doctor Segundo Armando González Tamayo, que para muchos fue un símbolo de honradez en la RD, tal como lo definiera recientemente Jean Aquino en un artículo publicado en la prensa nacional, en el que decía que él conoció a dos hombres serios en el país; a González Tamayo y Jorge Martínez Lavandier, «funcionarios que tuvieron la riqueza del pueblo a sus pies y no la tocaron”.
Así lo define también su hija, la doctora Patria González, una profesional de la medicina con más de 30 años prestando sus servicios profesionales entre sus connacionales en el Alto Manhattan.
En una entrevista concedida a este reportero, afirma: “Mi padre fue amoroso, súper educado, serio y comprometido con la comunidad”.
Cuenta que su padre viene a la capital, a los 15 años, decidido a ser médico, y entra a la Maternidad de la Altagracia como interno o ayudante, pero el sueldo no le daba para ir a la Universidad (UASD), que para la época la entrada debía ser aprobada por el dictador Trujillo.
“O sea, él fue antitrujillista, como joven al fin y al cabo quería un pueblo libre, un pueblo que se sumara al ambiente de política que había en ese entonces”, especifica la doctora Patria.
Entiende que como jóvenes son muchos los valores que se han perdido, y por eso mantiene uno de sus consultorios con el nombre de su padre. Está ubicado en la avenida Fort Washington con la calle 180, en Alto Manhattan.
Añade “se perdió la moral y cívica en las escuelas; los valores familiares y culturales para la sociedad nuestra; o sea, como veríamos nosotros el futuro de nuestros hijos, de nuestra generación pasada, ¿por qué tenemos que luchar tanto para que nuestra generación que viene, venga a mejor país?”.
Considera que hoy en día se deben emular los valores de aquellos tiempos. “Es tiempo de recuperar todos esos valores que hemos perdido, de entender que no somos los únicos; somos una generación y si destruimos el futuro a la generación que viene estamos destruyendo nuestro país, y eso no puede suceder”, subraya.
De su padre como vicepresidente dice no recordar muchas anécdotas “pues recuérdate que yo nací en el 62”.
“Pero sí te puedo contar que él atendía sus pacientes como quiera, tuvieran dinero o no, y solo cobraba tres pesos en esa época. Pero si tú venías con un problema, él te atendía como quiera, aunque él fuera el vicepresidente de la República”, sentenció.
Según el afamado locutor dominicano en NYC, Francis Méndez, en la casa de González Tamayo nacieron muchos jóvenes que hoy son dignos ejemplos de la juventud que criaron a esos seres humanos como él.
La doctora González terminó enviándoles un mensaje a los jóvenes: “Que podemos demostrar que existe la honradez, la limpieza, la seriedad y podemos ser un poquito más serios y más honrados cuanto se refiere a la política dominicana”.