Al día siguiente, ni se te ocurra tomarte un café para despejarte o almorzar una pizza pepperoni
La noche más festiva del año se acerca con la misma velocidad que lo hace la resaca que te dará los buenos días, o buenas tardes (si la velada ha sido de traca), al día siguiente. Igual que has cuidado el resto de los detalles: la cena, la decoración, el vestido que te vas a poner o el lápiz de labios que vas a llevar, esta Nochevieja; te aconsejamos hacer lo propio con el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas, la confusión, la deshidratación y la irritabilidad con la que darás la bienvenida al Año Nuevo. Nos ponemos en manos de los expertos para clarificar mitos y saber científicamente qué pasos dar.
“Después que dejas de beber, la concentración de alcohol en tu sangre (BAC, por sus siglas en inglés) comienza a descender. Los síntomas de la resaca llegan a su nivel más alto aproximadamente en el momento en el que tu BAC es de cero. El alcohol actúa como un diurético (incrementa la producción de orina) conllevando a deshidratación y a la pérdida de electrolitos”. Aunque el alcohol inicialmente actúa como un sedante, “en realidad el beber interrumpe su ciclo de sueño causando que te despiertes cansada. Finalmente, el acetaldehído, un subproducto producido a medida que tu cuerpo descompone alcohol, es el responsable de muchos de los síntomas”, precisan en el estudio Alcohol Hangover’s Mechanism and Mediators, el Dr. Robert Swift y la experta en nutrición Dena Davidson. La duración de los síntomas de la resaca se estima en unas 24 horas. “Una persona debe esperar a que el cuerpo termine de eliminar los subproductos tóxicos del metabolismo del alcohol, para rehidratarse, curar el tejido irritado y restaurar la actividad inmunológica y cerebral a la normalidad. No hay forma de acelerar la recuperación del cerebro del consumo de alcohol”. Aunque sí hay maneras de evitar en mayor o menor medida sus consecuencias. Empecemos primero por enumerarlas.
Síntomas
Deshidratación leve: “El alcohol suprime la liberación de vasopresina, una hormona producida por el cerebro que envía señales a los riñones y hace que retengan líquido. Como resultado, aumenta la micción y la pérdida excesiva de líquidos”. Esta deshidratación contribuye a la aparición de sed, fatiga y dolor de cabeza, continúan desde el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism.
Sueño interrumpido: A pesar de que hay una creencia en la que se otorga el poder de Morfeo al alcohol, “todo lo contrario. Si bien una copa puede ayudar a quedarte dormida más rápido, demasiadas socavan la calidad de tu sueño. No pasas tanto tiempo en los ciclos REM más importantes y tiendes a despertarte demasiado pronto”. Incluso, nos advierte el equipo de WebMD, si se ha estado bebiendo mucho, puede aparecer una resaca en la última parte de la noche, dejándote demasiado incómoda como para dormir.
Irritación gastrointestinal: Ataca directamente el revestimiento del estómago y aumenta la liberación de ácido. Esto puede provocar náuseas y malestar estomacal.
Inflamación: Debido a la exposición al acetaldehído. Este subproducto tóxico, de corta duración, propicia la inflamación del hígado, del páncreas, del cerebro, del tracto gastrointestinal y otros órganos, alertan desde el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism.
Mini abstinencia: El cerebro se adapta rápidamente a los efectos positivos que se siente cuando bebes alcohol. Cuando desaparecen, los echa de menos y puedes llegar a sentir cierta inquietud y ansiedad.
Disminución del nivel de azúcar en la sangre: Según la Clínica Mayo si baja demasiado, puede ser el causante de que experimentes fatiga, debilidad, temblores, alteraciones del estado de ánimo e incluso convulsiones.
Intensidad por género: Si un hombre y una mujer beben la misma cantidad, es más probable que la mujer sienta los efectos de manera más intensa. “Eso es porque los hombres tienen un mayor porcentaje de agua en sus cuerpos, lo que ayuda a diluir el alcohol que beben. Cuando las mujeres beben la misma cantidad, se acumula más alcohol en el torrente sanguíneo”, nos confirman desde WebMD. “También es cierto que hay personas más predispuestas a que aparezca. Por eso es más frecuente en las personas con menor masa corporal y menor masa muscular. También es más fácil de producirse en mujeres que en hombres, esto se debe a que el hígado masculino procesa y descompone con más eficacia y rapidez las sustancias que lleva el alcohol”, añade Pedro J. Martín Pérez, médico de Familia y Comunitaria y experto Universitario en Nutrición Clínica y Salud Nutricional, de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir.
Consejos para poner en práctica ANTES:
- Nunca en ayunas: El alcohol se asimila más rápidamente si el estómago está vacío, “tener comida en tu sistema absorberá parte de este, evitando que vaya directamente a tu torrente sanguíneo y protegiendo así, tu estómago de la irritación causada por las bebidas alcohólicas”, recomienda el Dr. Robert Swift. La experta Dena Davidson especifica que “los alimentos grasos tardan más tiempo en digerirse, así que si estás más preocupada por las consecuencias para tu salud a corto plazo (tu posible resaca) que por los efectos a largo plazo (arterias obstruidas), apuesta por ellos”.
- Selecciona por color: Aunque parezca un mito, sí es cierto que hay bebidas alcohólicas que pueden llegar a producir más resaca que otras y se sabe por su tono. Depende de los congéneres y de los sulfitos, en el caso de los vinos. “Los congéneres son compuestos, distintos del alcohol etílico, que se producen durante la fermentación. Estas sustancias contribuyen al sabor y olor de los alcoholes. Los licores más oscuros (bebidas menos destiladas), como el bourbon, tienden a tener niveles más altos de congéneres que los claros y podrían empeorar los síntomas de la resaca en algunas personas”. Desde WebMD tampoco se olvidan de los sulfitos: “Compuestos que se añaden al vino como conservantes. Las personas que tienen sensibilidad a los sulfitos pueden experimentar dolor de cabeza después de beber vino”.
- Agua entre copas: “Beber un vaso lleno de agua después de cada bebida alcohólica te ayudará a mantenerte hidratada. También te ayudará a consumir menos cantidad”. El equipo de la Clínica Mayo asegura que este es uno de los consejos más eficaces que se pueden seguir.
- Siempre con moderación: Un buen truco para que no se vaya de las manos la noche, es decidir con anticipación cuánto se quiere beber y respetarlo. Los especialistas de Clínica Mayo nos recuerdan “que dado que tu hígado solo puede procesar eficientemente una bebida alcohólica de tamaño estándar por hora, prolongar el tiempo que bebes en el transcurso de la noche puede ser útil. En general, los hombres pueden procesar más alcohol por hora que las mujeres”. Según la comunidad médica: el consumo moderado de alcohol para adultos sanos significa hasta una bebida al día para mujeres de todas las edades y hombres mayores de 65 años, y hasta dos bebidas al día para hombres de 65 años o menos.
Consejos para poner en práctica DESPUÉS:
- Vive junto a una botella de agua. Bebe agua o zumo de frutas para prevenir la deshidratación.
- Come alimentos blandos. Tostadas, galletas saladas o un bocadillo pueden aumentar el nivel de azúcar en la sangre y calmar el estómago. “La sopa de caldo puede ayudar a reemplazar la sal y el potasio perdidos”. Para el equipo de Clínica Mayo los alimentos naturales siempre ganan.
- Toma un analgésico. Los médicos nos alertan de un par de detalles antes de usar este remedio. Clínica Mayo nos dice que “una dosis estándar de un analgésico de venta sin receta puede aliviar el dolor de cabeza. Pero la aspirina puede irritar tu estómago. Y si bebes alcohol en exceso con regularidad, el paracetamol puede causar daño hepático grave, incluso en dosis que antes se consideraban seguras”. En el estudio Alcohol Hangover’s Mechanism and Mediators, nos encontramos también que “el ibuprofeno es más seguro para el hígado, pero puede empeorar cualquier irritación estomacal causada por los excesos de la noche anterior”.
- Bebe agua antes de irte a dormir. Te ayudará a rehidratarte. Si quieres ser más sofisticada, opta por un zumo, que además te devolverá algunos de los electrolitos que perdiste en el transcurso de la velada.
Mitos muy DESACONSEJABLES
- Ducharse antes de dormir. Como hábito de higiene no hay nada que objetar, hasta lo aplaudimos. Como remedio para tener una resaca menor, no hay manera de relacionar una cosa con la otra.
- Beber café para espabilarte. “La cafeína puede estrechar los vasos sanguíneos y puede empeorar la resaca. Después de una noche de borrachera, lo mejor es beber agua y bebidas deportivas para contrarrestar la deshidratación y reponer los electrolitos perdidos, especialmente si vomitaste”. Los especialistas de WebMD aprovechan para recordarnos que las bebidas cafeinadas son también diuréticas.
- Comer alimentos con mucha grasa al día siguiente. “Tomar un desayuno equilibrado puede ayudar a regular el azúcar en la sangre a un nivel adecuado y mejorar algunos síntomas de la resaca. Cuando el cuerpo se encuentra descomponiendo el alcohol, aumentan los niveles de ácido láctico, lo que causa una caída en los niveles de azúcar”. Por el contrario, Liz Weinandy, doctora en Medicina especializada en Nutrición del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio, desaconseja rotundamente la ingesta de comida grasienta. “Solo podría ayudarnos a empeorar la inflamación e irritación estomacal que sufrimos”.
- El orden de las bebidas afectará a la resaca. O el tan famoso “no mezcles que es peor”. Ambos son tan mito como la niña de la curva. Lo que importa es la cantidad de alcohol que bebas, que no te engañe el vaso de chupito porque sea pequeño.
- Tomar una cerveza por la mañana. El único efecto que conseguirás es retrasar lo inevitable: la resaca. Y seguramente llegará más intensa si desayunas con una caña por muy bien tirada que esté. Además de generar un futuro problema de adicción muy serio.
- Analgésicos antes de irse a la cama. Basado en la filosofía “poner la tirita antes de tener la herida”. Este consejo es un cero a la izquierda, como corroboran desde el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. “Los analgésicos sin receta alcanzan su punto máximo en aproximadamente cuatro horas, por lo que una dosis a la hora de acostarse no ayudará cuando te despiertes”.
- Spaghetti al llegar a casa. Comer un plato de pasta después de que ya has bebido no ayuda. La comida tiene que estar en tu estómago antes de la hora feliz para tener algún impacto.
- Píldoras para la resaca. Ni formuladas con levadura ni con extracto de alcachofa. No existen, de momento, pruebas independientes científicas y acreditadas convincentes sobre su éxito. Los suplementos hechos de nopal pueden reducir las náuseas y la sequedad de boca causada por la resaca, pero no el temido dolor de cabeza.
- Festín de electrolitos. “Algunas personas recurren a bebidas deportivas ricas en electrolitos u otros productos, o incluso tratamientos intravenosos (IV), en un esfuerzo por tratar el desequilibrio electrolítico causado por el aumento de la micción y la pérdida de líquidos como resultado de la bebida. La investigación no ha encontrado una correlación entre el alcance de las interrupciones de electrolitos y la gravedad de la resaca, o el impacto de los electrolitos agregados en la gravedad de la resaca. En la mayoría de las personas, el cuerpo restaurará rápidamente el equilibrio una vez que los efectos del alcohol disminuyan”. Aunque el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism apunta también que tomarlas no hará que empeore la situación.
- Fuente: Glamour