
Sea cual sea el resultado de la guerra arancelaria lanzada por Donald Trump, la agitación internacional perjudica a las empresas y a la economía húngara en su conjunto. Y no hay ninguna posibilidad de que Hungría celebre un acuerdo aduanero independiente con Estados Unidos
Aunque la UE y Estados Unidos no acaben imponiéndose recíprocos aranceles significativos, la incertidumbre provocada de la guerra comercial perjudica a la economía húngara, según los expertos. En periodos de incertidumbre, la inversión cae y los inversores acuden a mercados y divisas más seguros, ya que el florín se debilita.
En periodos de incertidumbre, la inversión cae y los inversores se prefieren mercados y divisas más seguros, a medida que el forinto húngaro se desploma. Pero si finalmente se llegan a disparar los aranceles, difícilmente se podrá negociar un acuerdo especial entre Hungría y EE.UU., pues la política comercial es competencia de la UE.
«Imagínese, si un país hiciera algo así, toda la Unión Europea pudiera sortear inmediatamente una barrera comercial. Porque, digamos, las exportaciones eslovacas podrían venir primero aquí y luego ir a Estados Unidos. Se trata de un supuesto completamente irreal. La cuestión es si una proclamada buena relación política podría ayudar a Hungría a obtener algún otro tipo de trato preferente u oferta especial de Estados Unidos para compensar los daños en la política comercial», explicó István Madár, analista senior de portfolio.
Así pues, el país no tiene mucho margen de maniobra y corresponderá a las empresas exportadoras reaccionar ante la nueva situación. Según István Madár, mucho depende de cómo se adapten las empresas. Pueden aceptar una pérdida de beneficios, pueden deslocalizar la producción, pueden incluso subir los precios si el consumidor estadounidense lo acepta. La situación es diferente para cada empresa y cada producto.
Nuestras exportaciones estadounidenses estaban en auge en aquel momento
El problema es grave pues la cuota de exportaciones a EE.UU. ha aumentado en los últimos años. Según Anna Augusztin, economista de OG Research, hasta una décima parte de las exportaciones húngaras podrían verse afectadas indirectamente por los aranceles.
«El 5% de las exportaciones húngaras van directamente a Estados Unidos, pero el 25% van a Alemania. De ese 25%, alrededor del 15% va a la industria automovilística alemana, y Estados Unidos es el mayor mercado comprador de la industria automovilística alemana. Así que si añadimos estos efectos de segunda ronda, no estamos hablando de un 5 por ciento, sino de un 10 por ciento, que se ve directa y explícitamente afectado», dijo Anna Augusztin.
Pero el riesgo es aún mayor. A medida que aumente la guerra arancelaria, se espera quelas economías de la UE se ralenticen, lo que podría reducir la demanda de productos húngaros en Estados Unidos. Además, la producción industrial húngara se desmorona desde hace dos años, y eso por primera vez desde la caída del comunismo, por lo que será difícil invertir la tendencia si llegara a fraguarse la amenaza de una guerra comercial.
Fuente: Euronews