Otro fracaso político para la cultura dominicana
Por Héctor Miolán
¡Que cachaza! No han podido montar la Feria internacional del libro para este año y quieren politizar la cultura y la difícil realidad nacional.
Pero éste grupo de intelectuales y artistas están jugando con la conciencia del pueblo dominicano.
En cuanto al exterior (Nueva York y sus alrededores) todas las gestiones han sido un fiasco.
No quito capacidad cultural, por ejemplo a Lourdes Batista, quien fue la primera comisionada de la gestión del PRM, víctima ésta de la politiquería barata de los perremeístas.
De la actual gestión dirigida por el gran escritor Rey Andujar, dudo que arranque por más buena fe y capacidad que él tenga para desarrollar su proyecto.
Es más, la riesgosa decisión de este escritor, al aceptar dirigir una estructura cadavérica aquí en Nueva York, lo puede llevar a disminuir su prestigio como escritor. Ojalá eso no suceda.
Volviendo al proyecto reeleccionista de estos escritores e intelectuales y artistas, la mayoría de ellos con alta capacidad creadora, como lo son Alejandro Paulino Ramos, Messon, Menoscal Reynoso,entre otros, sin ser pitoniso o adivinador, tengo la firme convicción de que solo cosecharán fracasos y la duda ética en el trabajo artístico hará en ellos muchas mellas.
El trabajo intelectual y artístico, por ende cultural, con éste proyecto, nos dice que no hay inocencia o ingenuidad política en quienes lo están desarrollando, por el contrario, la política y el poder están manifiestos.
El desgaste en este sector nacional, se está consumando como parte de la distribución del poder de las clases dominantes, en referencia a otros proyectos anteriores, como lo fueron los del PLD y el mismo PRM y Luis Abinader.
Cuidado, si a algunos escritores, que sin ser Jorge Luis Borges, les atrape el síndrome político borgiano: que éste (Borges), sin saber de política, cayó en la trampa de ser homenajeado por el pinochetismo.
No se llevó de los consejos que le dio el gran crítico literario uruguayo Emir Rodríguez Monegal, de que no opinara de política.
Aún así Borges no perdió su prestigio literario.
Me pregunto, claro con la debida distancia, ¿no podrán perder ciertos escritores e intelectuales de ese proyecto la credibilidad política en el seno de la comunidad cultural dominicana, tanto a lo interno como a lo externo de República Dominicana?
Me inclino a pensar que sí.
Nueva York