
Drones, apps y reconocimiento facial para controlar el uso del hiyab
La Misión Internacional de la ONU en Irán ha publicado una investigación que probaría el aumento de la vigilancia y castigos en el país islámico pese a las protestas
El estado iraní ha implementado una «continua conducta persecutoria» orientada a suprimir los derechos de las mujeres y niñas del país. Esta es una de las conclusiones de un informe elaborado por la Misión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre Irán, que se presentará este martes 18 en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.
Este comportamiento ha sido exhibido durante años por la república islámica teocrática, pero habría alcanzado una nueva fase en 2024. Desde entonces, el estado habría intensificado el uso de la tecnología y la vigilancia sobre la población femenina, con el fin de «aplastar la disidencia», además de endurecer los castigos, según la ONU.
Cerca de 40 millones de mujeres y niñas iraníes están sometidas al estricto código de vestimenta del país, que contempla el uso obligatorio del velo o hiyab y una vestimenta «modesta» en los espacios públicos a partir de los nueve años. La relajación o el endurecimiento de esta norma a menudo ha sido percibida como un indicador de la situación en el país, que vivió un punto de inflexión en 2022. Fue entonces cuando la joven Mahsa Amini fue arrestada por la policía de la moral por «no llevar bien puesto el velo», falleciendo en su custodia. Su muerte desató una ola de protestas bajo el lema «Mujer, vida y libertad«, que fueron duramente reprimidas, dejando cientos de muertos y miles de detenidos. Aun así los gestos de desafío no han cesado desde entonces.
Aplicaciones, drones y software
Uno de los aspectos más llamativos del informe es que se ha obtenido evidencia del uso por parte del gobierno de drones e incluso aplicaciones para «supervisar el cumplimiento del hiyab» en espacios públicos. Según el informe, «en abril de 2024, en Teherán y el sur de Irán, el Estado recurrió a la vigilancia aérea con drones», mientras que ese mismo mes comenzó a funcionar un «software de reconocimiento facial» en la entrada de la Universidad Amirkabir de Teherán con los mismos fines.
La estricta vigilancia también ha alcanzado los vehículos privados. La misión de la ONU en el país árabe descubrió que se ha desarrollado una aplicación móvil llamada «Nazer», que permite a civiles y policías denunciar el incumplimiento del uso del hiyab en vehículos privados, ambulancias, transporte público o taxis.
«Los usuarios pueden agregar la ubicación, la fecha, la hora y el número de matrícula del vehículo en el que se produjo la presunta infracción del hiyab obligatorio, lo que posteriormente marca el vehículo en línea y alerta a la policía. Luego, se envía un mensaje de texto (en tiempo real) al propietario registrado del vehículo advirtiéndole que ha sido encontrado en violación de las leyes del hiyab y que su vehículo será incautado por ignorar estas advertencias», explican tras haber obtenido una copia de la aplicación.

Irán endurece los castigos
La misión, que a lo largo de dos años ha recopilado más de 38.000 elementos probatorios y ha entrevistado a 285 víctimas y testigos, ha concluido que la persecución del uso del hiyab no solo sigue vigente, sino que ha aumentado con nuevas herramientas de represión, combinando el uso de tecnología de vigilancia avanzada, legislación más dura y una estrategia de castigos económicos y sociales para disuadir cualquier desafío al código de vestimenta islámico en Irán.
Estos castigos van desde la clausura de negocios y sanciones económicas hasta el ingreso de disidentes en clínicas destinadas a que las mujeres se sometan a tratamientos científicos y psicológicos para la retirada del hiyab, medida anunciada a finales de 2024 por la jefa del Departamento de la Mujer y la Familia de la Sede Central para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio.
Fuente: La Razón