
Unos 4,5 millones de eslovacos están convocados a la urnas para elegir un nuevo Parlamento, con 150 escaños. Eslovaquia vota este sábado en unas elecciones cruciales para definir su futuro político, tras años de inestabilidad y corrupción, con mensajes nacionalistas y europeístas en juego.
Hoy, los casi 6000 colegios electorales de Eslovaquia estarán abiertos hasta las 22:00.
Eslovaquia se encuentra en medio de elecciones anticipadas tras cinco tumultuosos años caracterizados por la rotación de cuatro primeros ministros y una serie de arrestos por corrupción. En esta jornada electoral, el ex primer ministro Robert Fico, con un mensaje nacionalista, se posiciona como el favorito, enfrentándose al liberalismo europeísta representado por Michal Simecka.
El asesinato del periodista Jan Kuciak en 2018, quien expuso vínculos entre el poder político y económico con el crimen organizado, desencadenó una ola de protestas antigubernamentales que llevó a la dimisión de Fico y generó un llamado a la renovación democrática y la lucha contra la corrupción.
Después de las elecciones de 2020, se formó un gobierno multipartidista que fue perdiendo apoyo popular y enfrentando conflictos internos, especialmente en medio de la caótica gestión de la pandemia de la COVID-19. En diciembre pasado, el gobierno perdió una moción de censura, lo que dio paso a un gobierno de tecnócratas que ha estado al mando desde entonces.
Las encuestas señalan que Fico, quien lideró el gobierno en cuatro ocasiones previas (entre 2006 y 2010 y entre 2012 y 2018), podría alcanzar hasta el 21 % de los votos. Su partido, SMER, que forma parte del grupo socialdemócrata en el Parlamento Europeo, encuentra apoyo, sobre todo, entre aquellos eslovacos más afectados por la elevada inflación, una de las más altas de la Unión Europea (UE) y en zonas rurales.
Fico propone que Eslovaquia corte con su apoyo militar a Ucrania y considera ineficaces las sanciones europeas contra Moscú. Sin embargo, incluso si su partido gana, podría enfrentar dificultades para obtener una mayoría en el Parlamento, donde según las encuestas, podrían entrar hasta nueve formaciones, aunque cuatro de ellas están al borde del 5 % de votos mínimo requerido por ley.
En los últimos meses, Eslovaquia ha sido testigo de detenciones en la cúpula de sus servicios de inteligencia, la Policía y la Fiscalía; debido a acusaciones de corrupción. El asesinato de Kuciak, por el cual no se ha condenado a ningún autor intelectual, ha perdido relevancia en la campaña, donde los temas económicos relacionados con la pandemia y la guerra en Ucrania, la inmigración ilegal y los derechos LGBTI han sido centrales.
Fico ha adaptado su mensaje para atraer a los sectores más conservadores y desfavorecidos, aprovechando el persistente sentimiento prorruso en parte de la población. A pesar de las preocupaciones sobre la corrupción en el SMER, algunos votantes valoran más su promesa de mantener la ley y el orden, así como su experiencia como gestor.
En segundo lugar en las encuestas se encuentra Eslovaquia Progresista, liderada por Michal Simecka, vicepresidente del Parlamento Europeo, con el 16 % de apoyo. Este partido cuenta con el respaldo de la población más joven y urbana, presentándose como defensor de los valores europeístas y de la regeneración, tal como lo hizo la actual presidenta, Zuzana Caputová, en las elecciones de 2019.
La Voz (Hlas), una escisión de SMER dirigida por Peter Pellegrini, quien reemplazó a Fico como primer ministro en 2018, podría obtener hasta el 15 % de los votos y se presenta como una pieza clave para formar gobierno, preferiblemente junto a Fico.
Fuente Euronews







