
Todo se determina según orientemos nuestros pensamientos. Cuando decidimos «vivir con optimismo», disfrutamos las vicisitudes de la vida como parte de nuestro acontecer personal, llegando a superarlas con total serenidad.
Abramos de par en par las puertas de nuestro corazón y visualicemos en el diáfano cielo, la esperanza de que «mañana será un día mejor».
*Daisaku Ikeda, presidente de la SGI*