El cocinero ha compartido una de las anécdotas más agridulces de los comienzos de su carrera en televisión
BARCELONA
Karlos Arguiñano ha salido de su propio programa de cocina para visitar otro plató de televisión, el de Y ahora Sonsoles. En su visita, el chef ha detallado cuáles fueron sus comienzos en la pequeña pantalla, así como los obstáculos que se cruzaron en su camino.
«A mi mujer le estará haciendo ilusión verme contigo aquí sentado, es un lujo, todos los días vemos el programa y lo hacéis muy bonito y además vais muy bien» decía en primer lugar Arguiñano a Sonsoles Ónega, con la que ha charlado acerca de su nuevo libro y su vida personal.
Sonsoles ha aprovechado la ocasión para preguntarle por sus inicios en el mundo de los fogones, haciendo que Arguiñano compartiera una anécdota de lo más agridulce: «Tuve mi estrella Michelín en su momento, luego empecé en la tele y me la quitaron».
¿El motivo según el cocinero? La envidia. «La envidia es muy mala. A todos los que tengan estrellas, que tengo muchos amigos, les felicito porque son unos campeones. España está en la cumbre de los grandes cocineros del mundo» afirma el chef.
Entre las anécdotas compartidas en el programa de Antena 3, destaca cómo se llegó a crear su programa de cocina. Según ha desvelado el propio cocinero, Joan Manuel Serrat fue a actuar a San Sebastián y, junto a su equipo, fue a cenar a su casa.
Los chistes del chef llamaron la atención de los presentes, entre los que se encontraba un productor: «Gracias a esa cena se me abrió este mundo del que no he podido salir», ha asegurado Arguiñano.
Fuente LA VANGUARDIA