El fin de occidente
Conoce la alianza BRICS
Enfrentándose al poder del rico Occidente, las cinco principales economías emergentes que fundaron la alianza BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tienen grandes aspiraciones de ampliar el número de miembros del grupo y sacudir el orden mundial liderado por Estados Unidos.
Con la rápida expansión de la alianza, sigue leyendo para saber qué está haciendo el grupo BRICS para contrarrestar el dominio occidental y qué grado de amenaza puede suponer en el futuro.
Todas las cantidades están en dólares estadounidenses, las cifras en euros son conversiones aproximadas que podrían cambiar.
Contrapeso occidental
Como organización, la alianza BRICS tiene sus raíces en el triángulo estratégico Rusia-India-China (RIC), que fue concebido por el primer ministro ruso Yevgeny Primakov en la década de los noventa “como contrapeso a la alianza occidental”.
El término “BRIC” fue acuñado en 2001 por el antiguo economista jefe de Goldman Sachs, Jim O’Neill, que escribió un informe en el que destacaba el rápido crecimiento económico de las principales economías emergentes del mundo en aquel momento: Brasil, Rusia, India y China.
Primeros encuentros
Con Brasil en el redil, las naciones BRICS se tendieron la mano unas a otras. Organizaron su primera reunión informal en 2006 y llegaron a reunirse en Ekaterimburgo, Rusia, para la cumbre inaugural de los BRIC en junio de 2009.
Al año siguiente, Sudáfrica fue admitida en el bloque tras intensas presiones del gobierno de Jacob Zuma. Los BRIC se convirtieron oficialmente en los BRICS.
A partir del 1 de enero de este año, las naciones de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) también fueron invitadas a unirse a la alianza. A finales de ese mes, el ministro de Asuntos Exteriores de Sudáfrica confirmó la adhesión oficial de los cinco países, y algunas personas sugieren que el nombre del grupo cambiará a BRICS+ para reflejar la ampliación del número de miembros.
Los BRICS contra el G7
En conjunto, las 10 naciones tienen una población de unos 3.500 millones de habitantes, aproximadamente el 45 % del total mundial. Colectivamente, los países representan alrededor del 28 % del PIB mundial.
En cambio, las economías avanzadas que componen el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) representan alrededor de una cuarta parte de la población mundial. A pesar de ello, el PIB combinado de los países del G7 es de unos $46,3 billones (unos 43,1 billones de euros) frente a los aproximadamente $28,5 billones (unos 26,5 billones de euros) de las naciones BRICS.
Proyecciones de crecimiento
Aun así, se espera que el grupo BRICS supere al G7 en términos de PIB en los próximos años, aunque las predicciones han variado en cuanto a cuándo ocurrirá.
A finales de la década de los 2000, cuando las cinco economías emergentes lideraban el crecimiento, Goldman Sachs predijo que sería en 2027.
Sin embargo, como las perspectivas de la alianza BRICS han empeorado, las proyecciones más recientes son menos alcistas, y en su lugar se proponen fechas más próximas.
PIB de los países miembros
En lo que respecta a las economías individuales de las naciones BRICS, China es el actor principal. Por detrás de Estados Unidos, la República Popular presume de un PIB de $18,536 billones (unos 17,238 billones de euros), empequeñeciendo a sus compañeros del BRICS.
Le sigue India, con la sexta economía mundial y un PIB de $3,942 billones (unos 3,666 billones de euros). Brasil tiene el tercer PIB más fuerte de los BRICS, con $2,33 billones (unos 2,167 billones de euros), mientras que Rusia le sigue de cerca con $2,062 billones (unos 1,918 billones de euros).
Sudáfrica se encuentra muy abajo en la lista global, con un PIB de $373.230 millones (unos 347.200 millones de euros).
Crecimiento dispar
Aunque las tasas de crecimiento económico fueron bastante similares en el pasado entre cada una de las cinco naciones BRICS, ahora varían enormemente.
India sigue registrando cifras impresionantes, pero Brasil, Rusia y Sudáfrica llevan varios años flaqueando. Mientras tanto, la previsión de crecimiento de China para este año se ha rebajado a un relativamente escaso 4,5 %, frente al 12,7 % de 2006, el año en que el grupo se reunió por primera vez.
Los y las analistas también han empezado a dudar de que China pueda superar a Estados Unidos en términos de PIB, una hazaña que en su día se esperaba que consiguiera para 2030.
Ampliación de las competencias
Desde 2009, los gobiernos de los países BRICS se reúnen en cumbres anuales.
En la cumbre más reciente, celebrada en agosto del año pasado en Johannesburgo, Putin compareció por videoconferencia ante la preocupación de que pudieran detenerlo si se presentaba en persona. El Tribunal Penal Internacional ha acusado al presidente ruso de supuesta deportación ilegal de niños/as ucranianos/as. Sin embargo, visitó China en octubre de 2023 para asistir al foro “Un cinturón, una ruta”, en el que se debatieron proyectos de infraestructuras para conectar Asia y Europa.
La agenda de estas reuniones se ha ampliado a lo largo de los años para incluir todo tipo de temas, desde la seguridad hasta la sanidad. Mientras tanto, se han dado pasos para aflojar el control de Occidente sobre el sistema financiero mundial y crear un mundo multipolar.
Instituciones competidoras
En 2014, el bloque se enfrentó a dos instituciones dominadas por Occidente (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) con la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) de $100.000 millones (unos 93.000 millones de euros) y, un año después, el Acuerdo de Reservas de Contingencia.
Pero, aunque estas dos entidades están operativas, su impacto ha sido hasta ahora mínimo, y el NDB ha declarado oficialmente que no considerará nuevos proyectos en Rusia para cumplir las sanciones financieras mundiales contra el país.
Exclusión de Rusia
De hecho, Rusia, miembro fundador, fue excluida recientemente de las versiones de los BRICS del Banco Mundial y el FMI tras la presión de Occidente.
Podría decirse que esto es un testimonio del dominio continuado del orden establecido y de la incapacidad de estas nuevas instituciones para hacer frente a su supremacía económica. Otras iniciativas importantes se han estancado o se han quedado totalmente en el camino.
La inacción de los BRICS
Estas iniciativas incluyen un acuerdo de libre comercio y amplios planes para el Cable BRICS, un cable submarino que conectaría a las cinco naciones e impediría que los servicios de inteligencia occidentales accedieran a sus comunicaciones. Ninguno de estos planes ha pasado de la mesa de dibujo.
Exacerbada por la falta de cooperación durante la pandemia del COVID-19, el BRICS se ha ganado la reputación de ser pura palabrería y poca acción, y algunos comentaristas se apresuran a señalar su falta de cohesión.
Una de las iniciativas más recientes propuestas es un plan para que Rusia construya un módulo especializado para su Estación de Servicio Orbital Rusa (ROSS) que los miembros del BRICS puedan utilizar para desarrollar sus propios programas espaciales nacionales. Sin embargo, teniendo en cuenta que el lanzamiento de la ROSS no está previsto hasta 2027, tendremos que esperar para ver si este proyecto se pone finalmente en marcha.
Diferencias entre los países BRICS
Los cinco países que componen los miembros fundadores del BRICS son muy divergentes política y económicamente, con muy poco en común más allá de su deseo de desafiar a Occidente. Incluso tienen desacuerdos en este sentido.
Esta extraña agrupación de democracias sólidas y autocracias represivas y corruptas (que abarca desde la India, en rápido crecimiento económico, a Brasil y Sudáfrica, más lento) es un grupo bastante variopinto.
Similitudes G7
El G7, en cambio, está mucho más cohesionado. Todos los países que lo componen son democracias liberales occidentales muy transparentes y son aliados incondicionales y socios comerciales fuertes que se enfrentan a retos económicos similares.
Al estar menos alineados, los países del BRICS tienen dificultades para ponerse de acuerdo en una serie de temas y a veces se han mostrado claramente enfrentados.
Relaciones tensas
La relación más tensa la mantienen China e India. Esta relación tocó fondo en 2020 tras unas escaramuzas fronterizas entre sus soldados que causaron 24 muertos. Sus lazos siguen siendo frágiles.
Las relaciones entre China y Brasil tampoco pasan por su mejor momento. El expresidente Jair Bolsonaro criticó duramente a Pekín y adoptó una postura mucho más dura que su predecesor.
Lealtades divididas
Las lealtades divididas, que la invasión rusa de Ucrania ha amplificado aún más, también caracterizan al grupo.
Aunque algunos de los países BRICS han optado por no condenar abiertamente la agresión rusa, los miembros del grupo caminan por la cuerda floja diplomática.
India ha sido especialmente cuidadosa, adoptando una postura neutral, más que de apoyo, para evitar enfadar a Occidente.
Conflicto de intereses
India también es miembro del Diálogo Cuadrilateral de Seguridad o grupo “Quad”, junto con Australia, Japón y Estados Unidos.
Esto enfrenta al país con Pekín, ya que la alianza trabaja para sofocar la creciente influencia de China en la región Indo-Pacífica.
Mientras tanto, el G7 corteja a India y Sudáfrica, que se han convertido en invitados habituales a las cumbres del grupo.
Crisis de identidad
A diferencia de Rusia y China, India no quiere una confrontación con Occidente.
Esta contradicción, que el periódico Times of India ha descrito como “una crisis de identidad”, podría socavar gravemente el bloque.
A pesar de estos conflictos, el grupo BRICS está en marcha y, de hecho, la guerra de Ucrania ha vigorizado el bloque en muchos sentidos.
La moneda BRICS
La anulación económica de Rusia por parte de Occidente está acelerando el plan de los BRICS de crear una alternativa al sistema de pagos SWIFT occidental, así como una moneda de reserva internacional basada en una cesta de monedas de los países miembros para desafiar el dominio del dólar estadounidense. Entre otras cosas, esto permitiría a las naciones BRICS eludir las sanciones occidentales.
Parece que los esfuerzos de desdolarización de Rusia se están intensificando. El país anunció recientemente que iba a adoptar un tipo de cambio de yuan a rublo como referencia, tras la ampliación de las sanciones de Estados Unidos, y se dice que el yuan representaba el 54 % de las operaciones con divisas rusas en mayo de este año. Pero parece poco probable que se lance pronto una moneda de los BRICS.
El diplomático sudafricano Anil Sooklal confirmó que la creación de una nueva moneda no figuraba en el orden del día de la cumbre del año pasado: “Nunca se ha hablado de una moneda BRICS. No está en la agenda. Lo que hemos dicho y seguimos profundizando es el comercio en monedas locales”.
Punto de inflexión
Aunque el comercio entre los países BRICS no ha crecido significativamente durante gran parte de la existencia del bloque, el conflicto de Ucrania ha marcado un punto de inflexión.
China e India han comprado mucho petróleo ruso a bajo precio, mientras que Brasil quiere comprar grandes cantidades de gasóleo y fertilizantes al país. Sudáfrica también se ha planteado seriamente adquirir petróleo ruso barato.
Posibles candidatos
El eje de los BRICS, China, se ha mostrado especialmente ansiosa por ampliar el grupo. Como anfitrión de la cumbre del bloque en 2022, el presidente Xi invitó a los gobiernos de 13 países a asistir al evento virtual. Por orden alfabético, fueron: Argelia, Argentina, Camboya, Egipto, Etiopía, Fiyi, Indonesia, Irán, Kazajstán, Malasia, Senegal, Tailandia y Uzbekistán.
De los países invitados que asistieron a la cumbre, Irán y Argentina solicitaron rápidamente su adhesión al BRICS. Sin embargo, Argentina dio marcha atrás en sus planes de unirse al bloque en diciembre del año pasado, tras la elección de su nuevo presidente, Javier Milei, quien afirmó que la política exterior de su gobierno “difiere en muchos aspectos de la del gobierno anterior”.
Solicitantes formales
Pertenecer al grupo podría ser una ventaja para las perspectivas económicas de Irán, ya que permitiría a la nación contrarrestar las sanciones estadounidenses.
Irán se unió a la Organización de Cooperación de Shanghái (que ya incluye a China, Rusia e India) en septiembre de 2022, por lo que la nación ya mantiene lazos con los miembros del BRICS.
Malasia se unirá a la alianza BRICS
Como ya se ha mencionado, Irán se unió oficialmente a los BRICS en enero, junto con Egipto, Etiopía, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Malasia parece dispuesta a convertirse en el undécimo país de la alianza. En una entrevista concedida al medio de comunicación chino Guancha, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim (en la foto), declaró que el país “ha tomado una decisión [y] pronto realizaremos los trámites formales… Solo estamos esperando los resultados definitivos del gobierno de Sudáfrica”. Un portavoz de la oficina de Ibrahim confirmó posteriormente la noticia a Reuters.
¿El fin del petrodólar?
La incorporación de Irán y Arabia Saudí a la alianza podría cambiar las reglas del juego y convertir a los BRICS en una fuerza a tener en cuenta en materia de energía. Según la revista Forbes, el creciente bloque podría significar el fin del petrodólar, que sostiene al dólar estadounidense como primera moneda de reserva mundial.
Los países BRICS producen actualmente alrededor del 44 % del petróleo mundial. En cambio, las naciones del G7 producen alrededor del 27 % del petróleo, el gas y el carbón actuales.
Nuevos miembros
En la cumbre del año pasado, en la que se reveló que las cinco nuevas naciones se unirían a la alianza BRICS, Xi Jinping calificó el acuerdo de “histórico”, pero no todo el mundo está convencido de que la expansión sea sinónimo de éxito.
Margaret Myers, directora del programa sobre Asia y América Latina del Diálogo Interamericano, ha declarado: “No está del todo claro qué ganarán los nuevos miembros del Brics con su pertenencia al bloque… Por el momento, al menos, este paso es más simbólico que otra cosa: es un indicio del amplio apoyo del Sur global a una recalibración del orden mundial.”
Nuevos miembros
Con un PIB de $205.130 millones (unos 190.770 millones de euros), Etiopía es ahora el único país de renta baja de la alianza BRICS. La nación africana espera convertirse en un país de renta media-baja para 2025, según el Banco Mundial, y podría ser que la adhesión al bloque le ayudara a alcanzar este objetivo al reforzar sus relaciones comerciales con China e India.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, describió la aceptación de Etiopía como “un gran momento” para el país. En la imagen, aparece la presidenta de la nación, Sahle-Work Zewde.
Desafíos desalentadores
Sin embargo, derribar el petrodólar y socavar el sistema económico mundial dominado por Occidente no será tarea fácil.
Aparte de los posibles intentos de Occidente de frustrar la moneda de reserva de los BRICS y otras iniciativas, el bloque tendrá que encontrar un terreno común, algo que ya ha resultado difícil y que no hará sino complicarse a medida que el grupo se amplíe.
Enemigos declarados
Por si tener a los adversarios India y China como miembros destacados no fuera suficientemente espinoso, la admisión de los enemigos acérrimos Irán y Arabia Saudí podría llevar al desastre.
Dicho esto, los dos países son miembros fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y se las arreglan para cooperar dentro de ella, aunque sus interacciones son a menudo tensas…
Previsiones contradictorias
Con la lista cada vez mayor de países interesados en unirse al BRICS (entre otros posibles candidatos, figuran Bangladesh, México, Pakistán, Sudán y Siria, además de Nigeria y Venezuela, ricos en petróleo), el bloque podría convertirse en algo que inspire un cambio real, trastornando hasta cierto punto el sistema mundial.
Sin embargo, no está claro que las naciones BRICS puedan realmente conseguirlo, dadas las divisiones internas que han perturbado al grupo desde su concepción.