La crecida del río Magro y el desbordamiento de barrancos han convertido en ratoneras municipios del área metropolitana de Valencia, Requena-Utiel y la Ribera
La noche en la provincia de Valencia ha sido dantesca. Las lluvias de hasta 490 litros por metro cuadrado en municipios como Chiva o Pedralba suponen la mayor cantidad registrada en 24 horas desde la gota fría de 1996 y han provocado la muerte de un elevadísimo número de personas (95 de manera provisional, según fuentes del Centro de Coordinación Operativa Integrada del Gobierno valenciano), tal y como confirmaba el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, pasadas las 8,15 horas de hoy en su tercera comparecencia pública.
Mazón ha explicado en su última comparecencia que han activado el protocolo de «múltiples víctimas» para la identificación de cadáveres, aunque no ha podido precisar todavía la cifra «por respeto a las familias y porque es materialmente imposible en estos momentos», ya que hay numerosos municipios a los que todavía no se ha podido acceder.
Esa cifra se ha oficializado hasta los 62 pero no se descarta que suba dramáticamente en las próximas horas, según las fuentes consultadas. Los cadáveres están siendo trasladados a la Ciudad de las Artes y las Ciencias para comenzar las tareas de identificación por parte de los equipos forenses que ya se encuentran allí trabajando para practicar igualmente las autopsias.
El número de desaparecidos es de decenas, ya que son centenares los avisos de personas que se han visto atrapadas en polígonos industriales a la salida de su jornada laboral, en carreteras y en casas cercanas al río Magro y a barrancos como el del Poyo y con los que sus familiares no consiguen comunicarse.
Imagen de la DANA en Málaga.
Los equipos de emergencia no han podido llegar todavía a numerosos lugares de la provincia donde hay gente atrapada y se espera que con el paso del episodio de lluvias, que ahora se traslada hacia el interior norte de la provincia de Valencia y el interior de Castellón, y con la luz del día puedan empezar a rescatar a esas personas que han vivido una noche de terror. Los últimos rescates se han producido en Cullera donde un total de 26 personas han podido ser salvadas de la crecida del río Júcar que desemboca en el mar a su paso por esta localidad.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha confirmado que hay más de mil efectivos de la Unidad Militar de Emergencias y del batallón de Bétera para poder acceder a lugares que todavía permanecen aislados por agua que en algunas casos supera los dos metros.
La tormenta ‘perfecta’
El recorrido de la DANA, conocida tradicionalmente como gota fría en la Comunidad Valenciana, ha provocado el peor escenario posible. A primera hora de la mañana de ayer los municipios de la Ribera sufrían precipitaciones de más de 250 litros por metro cuadrado en apenas cuatro horas causando numerosas inundaciones.
Sin apenas respiro, el tren de tormentas se desplazó hacia el interior, a la comarca de Requena-Utiel. Allí descargó con más fuerza todavía superando los 350 litros por metro cuadrado inundando los dos municipios que dan nombre a la comarca y dejando a decenas de personas atrapadas y obligando a los equipos de emergencia a rescatar a muchos vecinos aupados a los techos de sus coches o a los tejados de sus casas.
El río Magro ha recogido esa gigantesca cantidad de agua y en su recorrido hacia su desembocadura en el río Júcar, en el término de Algemesí y a escasos kilómetros de Alzira, comenzó a causar problemas en los municipios que recorre como Llombay, Alfarp, Catadau, Carlet y Alginet.
Esa confluencia con el Júcar, que también venía crecido, provocó nuevas inundaciones en la Ribera al no poder engullir la cantidad de agua que superaba los 2.000 litros por segundo en el cauce. Centros urbanos anegados hasta la primera planta han recordado a lo que provocó la rotura de la presa de Tous en el año 1982.
Valencia, rodeada
Y en su recorrido, la tormenta ha descargado sobre la localidad de Chiva con una fuerza jamás vista aportando una violenta corriente de agua en el barranco del Poyo (que desemboca en la Albufera) que ha arrasado varios municipios del sur del área metropolitana de Valencia (la comarca de l’Horta) como Torrente, Picanya –donde el agua se llevó por delante un puente–, Catarroja o Paiporta, así como pedanías de la propia capital del Turia como Forn d’Alcedo, Pinedo y La Torre.
Más de 400 personas han podido ser rescatadas y han pasado la noche en el complejo cultural de la Petxina y en la Alquería del Basket en la capital del Turia, habilitadas a tal efecto, según ha confirmado la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
También se ha producido el desbordamiento del nuevo cauce del río Turia a su paso por la ciudad de Valencia. Esta infraestructura nunca se ha visto superada por el agua desde que se construyó tras la riada de 1957 que devastó la capital valenciana y que permitió desviar el cauce del río desde el interior de la ciudad hacia esta nueva canalización que rodea el casco urbano.
En su recorrido hacia Valencia el Turia también ha provocado inundaciones y el puente de Villamarchante está cerca de colapsar. Muestra una gran grieta y está cortado, dejando aislada gran parte de esa población.
Torrente, que es el quinto municipio más poblado de la Comunidad Valenciana y el segundo de la provincia de Valencia (casi 90.000 personas), está totalmente aislado porque han caido tres pasarelas peatonales y el puente que lo une con la autovía A3 hacia Valencia. Está rodeado de dos barrancos y por eso sin esos puentes está aislado por carreteras y tren. Como sucede en muchos otros municipios hay cortes de luz por lo que la gente no tiene alimentos ni forma de hacerse con nada hasta que puedan llegar los de la UME.
Aviso tardío
Las principales quejas en la gestión de esta crisis por parte de la población se refieren a lo tarde que llegaron los avisos de Protección Civil en los teléfonos móviles –pasadas las ocho de la tarde– cuando ya se habían desbordado el Magro y los barrancos. Miles de personas quedaron atrapadas a la salida de sus trabajos o en centros comerciales como el de Bonaire donde más de 150 personas han pasado la noche en uno de los pisos de más altura y aseguran que se tenía que haber cerrado todo antes.
Esta misma mañana se ha enviado un segundo aviso a la población para que no salga de sus casas y eviten transitar por vías principales para facilitar los trabajos de los equipos de emergencia ante la magnitud de la catástrofe que comienza a verse con las primeras horas de luz.
Las infraestructuras viarias siguen muy afectadas en numerosas carreteras comarcales y locales, pero también en vías principales como la A3 o la A7. Salir de Valencia hacia Alicante o Madrid es imposible esta mañana y se espera que se pueda ir recuperando la normalidad en los próximos días. Lo mismo sucede con las conexiones ferroviarias y también el areopuerto de Manises ha tenido que de desviar decenas de vuelos hacia otros aeropuertos y cancelar también numerosas rutas.
Fuente: Voz Populi