
(Consideraciones sobre el discurso de rendición de cuentas del pasado 27 de febrero)
Movimiento Popular Dominicano (MPD)
Marxista-leninista
Fundado el 20 de febrero de 1956
(Este artículo de opinión y su contenido es de exclusiva responsabilidad del MPD)
Las emociones no hicieron falta en todo el desarrollo del discurso del presidente Abinader.
Las emociones y el pensamiento para expresar la real realidad andaban muy separadas del contexto de la República Dominicana. Confesamos que en ciertos momentos, creímos que las estadísticas de los logros, según él del cambio, estaban describiendo una República utópica, que ni la utopía de utopía de Tomás Moro lograba superar.
Tienen estas emociones que ver con el «triunfo» del PRM y aliados en las pasadas elecciones municipales del 18 de febrero del presente año. Donde la fiesta de las papeletas hicieron gala de compras de cédulas, claro no sólo el PRM lo hizo, también lo hizo la oposición, quienes no tienen muchas diferencias en esa práctica corrupta de larga data.
Otros objetivos del discurso en cuestión eran echar agua para el molino de la reelección.
Indiscutiblemente el equipo de propaganda y política ideológica de Abinader-PRM-, supo orquestar bien dicho mensaje, para que el mismo llegara directamente a los receptores que son el pueblo dominicano en su conjunto como una especie de dormidera. Dormidera esta que no durará mucho en la conciencia del pueblo dominicano, el cual le dio una lección con una abstención de más de un 60 % por ciento.
Las pobres y odiosas estadísticas comparativas
Dijo ser la economía dominicana la que más ha crecido en la región, la sexta en América Latina, mayor crecimiento que la de Ecuador.
Claro todo eso se manifiesta en el engorde de los inversores y prestamistas nacionales e internacionales, pero no en la economía popular.
Las comparaciones estadísticas solo sirven para justificar la República utópica en que viven Luis Abinader-PRM- y demás.
¿Por qué el crecimiento de las inversiones y la política de préstamos?
Todo lo anterior fue negativo, el milagro se produjo después del 2020 y la superación de la pandemia y el cantaleteo de la guerra ruso-ucraniana.
En ese cuento, en ese relato nos quiere Luis Abinader-PRM- envolver; el drama económico, social, fue responsabilidad exclusiva de los gobiernos anteriores del PLD y no de toda la tradicional partidocracia y sus oligarcas y burgueses.
Creemos y estamos seguros de que todos son unos y se defienden entre ellos, sobre todo los sectores oligárquicos; tales fueron los elogios al discurso de parte de Celso Marranzini, Ranieri de Punta Cana y los ejecutivos del CONEP; y de los politiqueros y alcahuetes del gobierno.
¿Cómo no sentirse bien los mencionados oligarcas? La alianza público-privada es la patente para sus negocios, los cuales se los cristaliza el Estado y gobierno central.
La alegría por el crecimiento y desarrollo económicos expresada por los anteriores no podía ser menos, pues ellos, el sector turístico, el eléctrico y demás, sus negocios han tenido pingües beneficios.
Los informes de organismos extranjeros, en su mayoría financieros, tienen que darle aprobación, ya que el Estado les garantiza sus intereses y pagos constantes.
En la República utópica de Abinader solo hay «progresos», avances por las cuatro esquinas: salud, seguridad pública, educación, etc.; en este sector y ningún otro ha habido actos de corrupción.
Claro los dominicanos no viven en esa República ideal, sino en la Real.
Habló de los grandes avances de la reforma policial y la Policía sigue maltratando a la ciudadanía.
Claro esa reforma policial existe en su República utópica.
Al igual que los grandes beneficios que dejarán la renegociación del contrato de AERODOM.
En su discurso Abinader no trató la llamada ley 01-24, que trata de la creación de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), sin embargo, dijo que la libertad de expresión existe en el país, claro la Libertad de compra de bocinas y programas de audiencia nacional.
El Movimiento Popular Dominicano (MPD) está bien claro del objetivo del discurso de rendición de cuentas y ratificamos que el cambio ha sido solo para las oligarquías y burguesías, mientras que para la clase trabajadora no, (si para los liquidadores y burócratas del sindicalismo amarillo que estuvieron presente en la Asamblea Nacional).
Es nuestro papel como organización revolucionaria y marxista-leninista poner en claro ante el pueblo y los trabajadores de los barrios, de las ciudades y campos del país, para que no se dejen engañar por la retórica de un discurso reeleccionista y utópico como el que pronunció Luis Abinader ante la Asamblea Nacional.
¡No a la República utópica de Abinader!
¡Seguiremos luchando junto al pueblo!
¡El partido de Pablo Martínez, El Moreno, El Men y Alfredo, presente!
Comisión Política del Comité Central







