Búsquedas y encuentros, la emigración, abandonar viejos sueños por la aventura de lo desconocido, estar a las puertas del éxito, llegar, permanecer un rato allí, combatir la soledad y después, tiempo después volver a empezar de cero.
La carrera de Henry Urrutia en el béisbol ha estado signada por estas pautas; así se vislumbra su estela desde sus años en las Series Nacionales de Cuba cuando estuvo quemando la liga con los Leñadores de las Tunas, bateando amplio por encima de 300 y no era tomado en cuenta para nada hasta debutar en Grandes Ligas con los Orioles de Baltimore.
En la Gran Carpa el criollo vio acción en par de campañas, período este donde logró sumar 92 encuentros en su hoja de servicios.
Allí en Maryland, Urrutia estuvo bajo la égida del polémico Buck Showalter y el cubano lució bien, bateó 272 con 1 jonrón y 8 carreras impulsadas, dejando la sensación de poder ir a por más, pero Showalter tal vez pudo haber decidido su destino, cuando lo dejaba sentado frente a lanzadores zurdos, siendo Henry un bateador de nivel contra serpentineros de igual mano.
Más allá de la especulación y de las suposiciones, el antillano debió probar suerte en México, en las ligas de verano e invierno, erigiéndose como uno de los mejores bateadores en estos circuitos, pero en la campaña 2021-2022, todo pudo haber terminado en suelo azteca tras un mal comienzo y el tema de la edad haciendo mella, pero no, el Henry Urrutia tuvo una nueva oportunidad en el mejor certamen del Caribe…la LIDOM.
Llegó a los Gigantes del Cibao y cuando pocos lo esperaban, acabó teniendo una tuvo una temporada de ensueño, de esas con final de Hollywood, siendo vital en el título obtenido por la franquicia y llevándose el MVP, gracias a unos números sensacionales, 388 de average, con 19 hits, tres jonrones, 4 dobles y 12 carreras impulsadas.
Tenía que volver y lo hizo y como los buenos hijos se fue a San Francisco de Macorís dispuesto a plantar bandera en el emblemático Estadio Julián Javier y así pasó.
En su tercera temporada en LIDOM, Henry Urrutia regresó con los Gigantes del Cibao y avalado por su condición de campeón de bateo en la Liga Mexicana de Béisbol Profesional, el tunero siguió cimentando su legado en suelo quisqueyano.
En 148 turnos al bate, Urrutia disparó 47 hits, legando un average de 318; un registró válido para alzarse con el título de bateo en la pasada contienda.
De cara a la campaña 2023-2024, se especuló respecto al hecho de poder ver a Henry otra vez con los Gigantes en LIDOM y a comienzos de septiembre los rumores se dispararon cuando la gerencia dio a conocer que sí, que el cubano vestiría la casaca del club por tercera zafra consecutiva.
En este punto cabe acotar que, en 58 desafíos con los Gigantes del Cibao, Henry Urrutia compila un average de 323, con 14 dobles, 5 vuelacercas y 35 carreras empujadas.
Al pensar en la historia de Henry Urrutia que es la historia de tantos en Cuba y más allá, al pensar en su historia mi mente evoca la trama de la monumental novela del argentino Mempo Giardinelli, Santo oficio de la memoria; la identidad, los orígenes, la memoria como producto del largo viaje que es la vida, la memoria que nos hace y moldea hasta arrojar nuestra mejor versión.
Fuente Récord.com.do
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