
Por Dr. JL Encarnación
Como ya sabemos, la política es la ciencia o arte de gobernar o dirigir la administración pública del Estado, a través de los políticos en el ejercicio de las diferentes funciones que desempeñan en el tren gubernamental, las tomas de decisiones y la ejecución de estas.
Los políticos que ejercen funciones dentro y fuera de la administración pública, realizan actividades consubstanciales basadas en los intereses públicos de los ciudadanos (lo ideal) en todo lo referente de la buena convivencia y desarrollo. Ellos, a través de sus conocimientos y habilidades intentan llegar a sus simpatizantes para obtener ese voto que le permita llegar a gobernar.
En esta actividad se ponen en juego muchos factores que todo político experimentado tiene y debe conocer y poner en práctica a cada momento para lograr los objetivos que pretenden alcanzar de sus votantes en unas posibles elecciones.
Unos de esos tantos factores, son sus comportamientos, porque es lo que se refleja, y lo que se refleja es nuestro comportamiento, lo que ellos ven de nosotros, lo que en verdad somos en momentos precisos y determinantes.
Los político se creen que en los tiempos actuales se puede hacer o decir lo que queramos de una forma incoherente, mentir o cometer actos que pongan en evidencia los principios éticos y morales y no se tenga consecuencia. Hay una cosa que se llama baúl de los recuerdos o hemeroteca donde lo que se dice o hace queda archivado y se puede utilizar en nuestra contra.
Se creen que es posible jugar con los sentimientos de las personas que les apoyan en sus proyectos, sus aspiraciones y que luego los traicionan y los dejan abandonados después que le dan sus votos.
Por otro lado, hay lo que se llama control emocional o el auto control, que no es más que la capacidad de dominar adecuadamente nuestros sentimientos, los impulsos en un momento determinado cuando llegan a perturbarnos.
Los políticos que llegan a dominarse en situaciones convulsas, mantienen un equilibrio positivo en los momentos más críticos, mantienen la calma y la ecuanimidad, piensan con serenidad y calma en todo momento.
Se puede considerar que el autocontrol es una herramienta o habilidad que se expresa en los momentos de extremada tensión y esta inhibe esas emociones que son imperceptibles para los demás, manteniendo al que lo padece ausente de estrés y sin ira hacia la persona que le ha alterado la homeostasis si le ha ofendido.
Por estas y otras tantas razones, cuando una persona que se dedica al ejercicio de la actividad política, tiene y debe comprender que estará siempre expuesto a situaciones de estrés o momentos de alta tensión negativa que podrían alterar sus emociones.
Cabe recordar que el protocolo de las buenas normas de conducta, y en el protocolo político es fundamental mantener la cordura y coherencia apegada a los estatutos de cada partido.
Cuando algún político incumple las normas y protocolo de su afiliación, es oportuno recordarle que hay principios inaceptables y de cumplimiento obligatorio para la imprudencia en la actividad política.
Por eso es tan importante que los políticos trabajen la inteligencia emocional, para comprender y manejar mejor sus emociones ante situaciones que generen momentos críticos ante acontecimientos indeseados.
La prudencia, la cordura, la coherencia son virtudes de un buen líder político, como también lo es la paciencia y saber además cuando es su tiempo como cuando no lo es, saber esperar es clave para saber actuar.
Es sumamente importante el dominio y control de las emociones y de sus reacciones ante la crítica por injusta y mal intencionada que esta sea.
Le dice José de San Martín al General José Miguel Carrera “hombre sin espera que todo lo sacrificó por la ambición”.
Pensar en esto los que se dedican al ejercicio de la política, todo tiene su tiempo, y cada tiempo hay que aprovecharlo siendo cada vez más prudente, coherente y buena persona, ya que los demás nos ven y ven nuestro comportamiento.