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Por Becker Márquez Bautista
Amigo lector: Desde hace un tiempo para acá, nuestra sociedad política viene experimentando un profundo deterioro. Los principales actores de la política se han ido convirtiendo en políticos sin escrúpulos y faltones al cumplimiento de sus palabras. En mi opinión, pienso que desde los diferentes partidos políticos se debería de impulsar una nueva forma de ejercer e impulsar la honestidad y transparencia.
La corrupción, el nepotismo y la falta de transparencia están carcomiendo poco a poco nuestras instituciones públicas. El servicio exterior de la República Dominicana es el que más ha sufrido en los últimos veinte años un decaimiento generalizado. Hay tres o cuatros miembros de una misma familia en las nóminas del Ministerio de Relaciones exteriores y un sinfín de otras personalidades que, a través del tráfico de influencias, han logrado enquistarse en las embajadas y consulados.
En los últimos tres años venimos observando cómo los consulados se han convertido en un botín personal de quienes los dirigen; hacen y deshacen sin importarles el descrédito y el daño que sus comportamientos están causando a estas instituciones.
Los dominicanos en el exterior, y todos en general, tenemos que entender que los Consulados son nuestra representación comunitaria y social en los países donde están situados. Nosotros debemos de ser los garantes de que las cosas se hagan bien, sin importar quienes los dirijan. Debemos denunciar las malas prácticas, no podemos ser parte del deterioro de estas instituciones y de las malas acciones.
Hay que reconocer que desde la llegada del Señor Roberto Álvarez, de las manos del Presidente Luis Abinader, al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, se han venido realizando todos los esfuerzos para adecentar, solventar y corregir las problemáticas existentes y la mala imagen que venía afectando a dichas instituciones consulares.
Pese a ello, aún persisten los problemas. El descrédito vuelve a crecer día tras día y no vemos una solución de inmediato. Continúan las “botellas” y el nepotismo en los consulados. Se vienen realizando diferentes denuncias y se hacen oídos sordos. Se vienen molestando cuando alguien lo dice, lo manifiesta y emplaza al propio ministerio de relaciones exteriores a corregir esas malas acciones, que finalmente nos afectan a todos.
Se aproxima el 16 de agosto y muchos vemos pertinente que el Presidente, Luis Abinader, debe realizar alguna visita a los servicios exteriores y poder ir realizando, desde ya, los cambios necesarios y poder fiscalizar. Revisar quiénes no acuden a sus respectivas dotaciones consulares, quiénes no cumplen con sus funciones y las acciones, que conlleva el hecho, de ser los representantes del Estado dominicano en el exterior. No podemos continuar con las viejas prácticas del pasado de estar pagándole a un sin número de compatriotas por el simple hecho de ser amigo o familia del cónsul de turno.