Videos difundidos en las redes sociales en las últimas horas muestran actos violentos y ejecuciones de supuestos individuos vinculados al Partido Baaz
“No perdonaremos a quienes fueron cómplices en la tortura y el asesinato de detenidos, y los perseguiremos en nuestro país”, había prometido el miércoles Abú Mohamed al Golani, líder de los rebeldes que derrocaron al régimen de Bachar al Assad hace menos de una semana.
“Llamamos al resto de naciones a entregarnos a aquellos criminales que escaparon para que podamos someterlos a la justicia”, instaba el ex combatiente del Frente al Nusra y hoy jefe de Hayat Tahrir al Sham (HTS) en alusión velada a Rusia, que acoge desde el fin de semana a la familia Asad.
En los primeros días con el control del país, las nuevas autoridades -una amalgama de yihadistas e islamistas radicales- se enfrentan al dilema de preservar la imagen de moderación, inclusividad y magnanimidad exhibida, ayer aseveraron que su voluntad es la de instaurar un “Estado de derecho”, con la pulsión de venganza contra los distintos aparatos del régimen dictatorial de los Asad, a la cabeza de ellos mandos militares y responsables de seguridad.