
Por Ramón Mercedes
NUEVA YORK.- La Vocera del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, informa que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) ha deportado a aproximadamente 150.000 personas desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo.
Esto coloca a esta administración en camino de registrar la mayor cantidad de deportaciones en más de una década. Durante la administración del expresidente Barack Obama, la agencia deportó cerca de 400 mil inmigrantes en un año. Trump enfrenta un reto mayor al enfocarse en personas que ya residen en el país.
Las cifras más recientes indican que la agencia, bajo el Gobierno de Trump, podría alcanzar las 300.000 deportaciones en un año, lo que sería la cifra más alta desde la administración Obama, aunque aún por debajo de la meta del presidente de un millón de deportaciones anuales.
Para alcanzar ese objetivo, ICE ha intensificado el despliegue de agentes en todo el país, mientras que el Gobierno también ha recurrido a varias agencias federales para reforzar las operaciones de control migratorio y aumentar las detenciones.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), responsable de la seguridad fronteriza, registró más de 112.000 deportaciones este año. El departamento también ha contabilizado más de 13.000 “autodeportaciones”.
ICE está bajo una fuerte presión de la actual administración para intensificar el control migratorio, especialmente tras la aprobación de fondos históricos que se espera impulsen las operaciones.
El Gobierno del presidente Trump demandó este jueves a la ciudad de NY por sus políticas migratorias, acusando a las autoridades locales de estar «obstruyendo» que se aplique la ley federal.
La demanda, presentada por el Departamento de Justicia, se opone a las llamadas «leyes de ciudad santuario», que limitan la colaboración de policía local con las autoridades migratorias.
El Departamento de Justicia asegura que las políticas «santuario» de NY «dificultan» el trabajo de los agentes de migración y crean problemas de seguridad pública en la ciudad.
La administración también ha alentado a los inmigrantes indocumentados a “autodeportarse”, utilizando campañas publicitarias multimillonarias y ofreciendo incentivos económicos.
Asimismo, ICE emitió una orden para que más de 180 mil inmigrantes inscritos en un programa de seguimiento lleven dispositivos electrónicos con GPS.