
Por Abril Peña
Los proyectos turísticos en el sur corren viento en popa y todo parece indicar que al fin llegará El Progreso a la zona más empobrecida del país, pero hay que tener cuidado, porque cuando viene haber queriendo solucionar un problema creamos un problema mayor.
Cuando el boom hotelero en Puerto Plata inició, todo fue maravilloso, al principio, no fue hasta después que nos dimos cuenta que todo incluido no significaba un turismo de calidad , que tener más habitaciones no significaba mas turistas y que la infraestructura de esa provincia no estaba en condiciones de responder a la gran demanda, es más todavía hoy, dudamos mucho que todos los hoteles cuenten con sus propias plantas de tratamiento, por poner un ejemplo, de la misma manera que no las tienen en los hoteles y restaurantes del Malecón de Santo Domingo o Boca Chica y el Gabinete del agua ya dijo al país a dónde van a parar todos esos desechos: a nuestras playas.
Los humedales, lagunas, ríos, montañas como Montaña Redonda, el Salto el Limón, Lagunas Gri Gri, Catalina, Golondrina, Saona etc., no es que les haya ido mucho mejor, la explotación irresponsable y sin planificación, no ha hecho más que dañar y acortar la vida útil de algunos o los hemos dañado irremediablemente en otros y el costo medioambiental es altísimo y no a largo plazo como algunos quieren creer, sólo hay que ver Haití para saber que SI es posible y contar además para terminarnos de convencer cuántas cuencas hidrográficas han desaparecido en RD en los últimos 30 años, por si en algún momento nos sentimos superiores moralmente a ellos, la verdad es, que los números en ese sentido son escandalosos, como escandaloso es la basura y el descuido que acumulan algunos de los sitios mencionados.
Y haciendo una parada en el destino más conocido: el célebre Cap Cana, un destino que se supone se ideó con más conciencia, sin embargo ha creado un cinturón de pobreza tal que sus mismos dueños han mostrado preocupación y gente como Julio Iglesias decidió partir de allí y si damos una vueltecita, al resto de la provincia es como si el complejo perteneciera a otro país.
Lo cierto es que ya el turista no busca sólo instalaciones bonitas, quiere un entorno amigable y seguro, que les permita vivir distintas experiencias por lo que no sólo se necesitarán hoteles, de hecho se premian los destinos con un mejor puntaje cuando están en capacidad de mostrar esto, si no que habría que hacer una real en esos pueblos y en su gente, alguien se pregunta si en Punta Caña tenemos a Veron y a Friusa que evitará que pase lo mismo estando a dos pasos de la frontera? sobre todo con la tendencia de nuestro empresariado de coger los mangos bajitos y buscar mano de obra barata a pesar de violar la ley? Se supone que llevar este tipo de negocio a la zona, parará el éxodo de dominicanos a las grandes urbes y si el Estado se toma la molestia de empezar a preparar a los munícipes de esas comunidades en las habilidades que se necesitarán, pero esto sólo será, si la mano de obra queda en manos dominicanas y todos sabemos que aquí en construcción y servicios los extranjeros (y no sólo haitiana, dicho sea de paso ) llevan la delantera y si hay èxodo posiblemente sea de los vecinos que tendrán la posibilidad de buenos trabajos , cruzando una línea imaginaria, lo que también trae un tema de seguridad detrás: No será demasiado apetitoso el pastel para las bandas el tener turistas de alto perfil cerca de la frontera ? No es como que no suceda ya, los ganaderos viven con el grito al cielo por el robo de ganado cuya carne termina de aquel lado y no es un secreto para nadie la cantidad de vehículos robados que inexplicablemente terminan en el vecino país.
No me malentiendan soy la primera en aplaudir la inversión, el sur completo es un destino envidiable y el gran olvidado en todas la políticas públicas llevadas a cabo por los gobiernos anteriores, exceptuando tal vez la inversión en carretera y aeropuertos, pero hasta ahí, si queremos que de verdad funcione deberemos cuidar todas las aristas de lo contrario, preparémonos.







