El Ministerio de Defensa de Nación publicó un mapa interactivo en el que se representa el lugar y circunstancia en que murió cada soldado durante la guerra de Malvinas. Sin embargo, el registro falsea u omite información para ocultar la responsabilidad de los altos mandos militares en esas muertes. La Comisión Provincial por la Memoria y los Centros de Ex Combatientes de La Plata y Berisso advirtieron que, desde el momento en que finalizó el conflicto bélico, las Fuerzas Armadas montaron un plan de contrainteligencia para invisibilizar las causas de estas muertes y ocultar las torturas y graves violaciones a los derechos humanos perpetrados por los superiores contra los soldados conscriptos, crímenes que continúan impunes.
En el cumplimiento de una norma de la Asamblea del año XIII, que ordena la creación de un registro marcial para homenajear a los caídos en combate, el Ministerio de Defensa publicó recientemente en su portal un mapa interactivo con la información de los soldados muertos en Malvinas (Nuestros Caídos en Malvinas (bienestar.mil.ar). Allí se representa el lugar y la circunstancia de la muerte, y una pequeña reseña biográfica.
Tal como advirtieron la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), los centros de ex combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) y Berisso (CEVECIM) en una nota al Ministro Jorge Taiana, el registro incurre en una lista de graves omisiones o falsedades que, lejos de honrar a los muertos, tergiversa la verdad y más grave aún pretende ocultar la responsabilidad de las Fuerzas Armadas por estas muertes.
«Muchas de esas muertes no fueron a causa de un disparo enemigo, ni siquiera ocurrido en una acción heroica, sino muertes absurdas provocadas por los propios militares argentinos, que no los transformaron en mártires sino en víctimas del terrorismo de estado trasladado al sector insular donde se desarrollaron los acontecimientos bélicos en 1982», señalaron los organismos en la nota al Ministro de Defensa de la Nación.
El intento por ocultar a los responsables de haber evitado esas muertes e incluso producirlas no es una operación nueva por parte de la Fuerzas Armadas, desde el momento en que finalizó la guerra de Malvinas la dictadura militar montó un plan de inteligencia y contrainteligencia para encubrir las razones o circunstancias de estas muertes.
De acuerdo al portal del Ministerio el soldado Rito Portillo murió el 2 de mayo. Sin embargo, se sabe que Portillo murió la noche del 4 de mayo por los disparos que le efectuó el entonces cabo Segundo Cabrera; pese a las diferencias entre ambos que la superioridad conocía, ambos fueron destinados a la misma unidad. Este caso que fue encubierto por los mandos militares se encuentra denunciado en la causa que investiga las torturas y graves violaciones a los derechos humanos cometidas en las islas.
La muerte de Héctor Rolla está registrada el 14 de junio en Monte Longdon; de acuerdo a los datos informados en los diarios de Guerra, desclasificados en 2015, su fallecimiento fue el 7 de junio, días antes del combate donde los paracaidistas británicos atacaron las posiciones del Regimiento 7. Testigos de su muerte dijeron que ese mañana encontraron al soldado Rolla convulsionando fuera de su posición y que, en los días anteriores, se encontraba muy débil a causa del hambre. Todos coinciden en describir su muerte como abandono de persona por parte de sus superiores.
El hambre aquejó a los soldados conscriptos durante toda la guerra: las muertes de Remigio Fernández, Juan Quintana, Higinio Segovia y Secundino Riquelme son otros casos testigo de la desidia e inacción de los mandos del Ejército.
Los soldados Alejandro Vargas, Pedro Vojkovic, Carlos Hornos y Manuel Zelarrayan, integrantes de la Compañía A del Regimiento 7 de Infantería, tampoco murieron en combate como aparece en el registro, sino que pisaron minas antitanques, colocadas por las Fuerzas Armadas argentinas, cuando volvían a sus posiciones luego de salir a buscar comida a una de las casas de los lugareños que habían sido desalojadas por la posibilidad de que ocurrieran combates en esa zona.
Estos ejemplos, expuestos en la nota remitida al Ministro de Defensa, son una muestra de la información que fue registrada en el portal y que no se ajusta a la verdad. Incluso desconoce la información de los documentos producidos por las Fuerzas Armadas luego del conflicto, que fueron desclasificados y que son de acceso público.
El intento por ocultar la responsabilidad de estas muertes están motivadas en una operación ideológica montada por la dictadura militar que busca por un lado homologar a todos quienes combatieron en las islas en una misma categoría para honrar como héroes a aquellos militares que fueron parte del terrorismo de Estado. Y por el otro lado encubrir las graves violaciones a los derechos humanos cometidas por los superiores.
Más de 180 ex soldados conscriptos declararon, como víctimas o testigos, en la causa que se inició en 2007 e investiga las torturas cometidas por sus superiores: estaqueamientos, inmersión en agua helada, simulacro de fusilamiento, picana con teléfono de campaña, entre otras. A pesar de la gran cantidad de prueba, a 41 años de la guerra y a 16 de comenzada la instrucción judicial, esos crímenes permanecen impunes.
Tanto la CPM y el CECIM La Plata, como querellantes institucionales en la causa, vienen denunciando durante todos estos años las reiteradas maniobras judiciales para garantizar la impunidad. La información presentada en este nuevo registro marcial obedece a ese mismo interés: encubrir la responsabilidad de los mandos militares en las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en las islas.
Con todos estos argumentos, los organismos solicitaron una audiencia al ministro de Defensa Jorge Taiana y pidieron que se rectifique la información del portal y se reviertan los criterios utilizados para el trabajo, teniendo en cuenta la información que se encuentra en los documentos desclasificados y los testimonios de ex combatientes.
«El derecho a la verdad asiste a nuestra sociedad, y no hay memoria de los muertos que los honre si no se respeta su historia, al contrario, la falacia y la mentira son una afrenta que no puede permitirse. En memoria de todos ellos, es que le solicitamos tome las medidas necesarias para subsanarlo», concluyeron en la nota presentada al Ministerio.
Fuente Comisión por la Memoria