De periodista célebre a primer presidente de izquierda de El Salvador, Funes fallece bajo el resguardo del régimen de Ortega y Murillo, que le dio la nacionalidad nicaragüense para evitar su extradición por corrupción y murió bajo su protección en Nicaragua
El expresidente de El Salvador, Mauricio Funes Cartagena, falleció la noche del martes 21 de enero en Managua a los 65 años de edad, donde se encontraba bajo la protección del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, después que huyera de su país en 2016. La justicia salvadoreña lo consideraba prófugo por varios casos de corrupción registrados en su mandato, entre los años 2009 y 2014, durante los que gobernó bajo la bandera del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) como el primer presidente de izquierda del país más pequeño de Centroamérica.
Horas antes de su deceso, el Ministerio de Salud sandinista emitió un comunicado informando de que la salud de Funes –sometido a al menos siete procesos penales y tres condenas en El Salvador– se encontraba en una situación de salud de “extrema gravedad”.
“El Ministerio de Salud del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua cumple con el deber de informar que el Señor Carlos Mauricio Funes Cartagena, expresidente de El Salvador con residencia en Nicaragua, quien ha sido atendido por nuestras distintas especialidades médicas desde que llegó a residir en nuestro país, está padeciendo en estos momentos una delicada situación de salud, agravada por dolencias crónicas que le han aquejado y que hemos también atendido [sic]”, rezaba en el comunicado del Minsa.
Sin embargo, el régimen de Ortega y Murillo, que centraliza en la Presidencia este tipo de casos, no informó sobre los padecimientos de salud de Funes ni en qué centro hospitalario se encontraba atendido. A eso de las diez de la noche del mismo martes, la Administración sandinista emitió otro comunicado certificando la muerte.
“A las 9.35 de la noche de este martes 21 de enero falleció el expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, en Managua, como resultado de su grave dolencia crónica […]. A solicitud de sus familiares, el expresidente Funes fue asistido con el sacramento de la extremaunción, esta tarde, consuelo que le llevó el padre Antonio Castro Granados”, informaba el comunicado.
Asilado y luego nacionalizado por Ortega
De célebre periodista a presidente por el FMLN, Funes fue protagonista de numerosos casos de corrupción, los cuales empezaron a los pocos meses de iniciado su mandato, tras concentrar los contratos de publicidad de su Gobierno en la agencia de su asesor de campaña, Joao Santana.
“Al llegar a la Presidencia”, reseña el periódico digital El Faro, “cambió drásticamente su estilo de vida: llegó a gastar en un mes en compras de tarjeta de crédito (41.000 dólares), lo que antes ganaba en un año, sin contar cuantiosos gastos cuyos registros se conocieron al salir de la Presidencia. Se convirtió en coleccionista de vehículos, –se le encontraron 15; armas– registró 92 a su nombre–; y relojes de los que llegó a tener por docenas, de marcas de gama alta como Rolex, Patek Philippe y Cartier. Acumuló y derrochó millones de dólares de fondos públicos en viajes, compras y gastos de vida de sus parejas o amantes. En 2018, gracias a 1.810 documentos originales de la Partida de Gastos Reservados de la administración de Funes, este periódico pudo constatar el saqueo perpetrado por el expresidente: joyas, ropa, vacaciones en Disney World, miles de dólares en pagos de sus deudas personales, una fiesta infantil para su hijo o viajes en jets privados”.
En 2016, investigado por la Fiscalía salvadoreña, llegó a Nicaragua huyendo a buscar resguardo donde un viejo aliado: Daniel Ortega. El seis de septiembre de 2016, solicitó protección para él y su familia, su excompañera Ada Michell y sus hijos, Carlos Mauricio Funes Velasco, Diego Roberto Funes Cañas y un menor de edad. Desde su llegada a la capital nicaragüense, Funes mantuvo los lujos: vivía en ese momento en una casa en el residencial Las Colinas, una de las zonas de más plusvalía de Managua. Era custodiado todo el tiempo por dos policías y con dos vehículos a su disposición. Se le solía ver sin recato en los supermercados con carretillas repletas de víveres y botellas de licor.
El medio Confidencial, publicó en 2019, que Mauricio Funes devengaba un salario de 90.080,46 córdobas (unos 2.739 dólares al cambio oficial) en la Cancillería de Nicaragua por un puesto no especificado. Su hijo, Diego Funes Cañas, también recibía un salario de más de 1.400 dólares mensuales. Funes admitió haber pedido asilo en Nicaragua por recomendación de su partido, el FMLN, después de “sufrir una persecución política y que su vida se encontrara en peligro”. En paralelo, las causas de corrupción aumentaban en El Salvador. Un tribunal de justicia lo condenó en 2024 a ocho años de prisión por lavado de dinero, por presuntamente licitar un puente a favor de una empresa guatemalteca a cambio de recibir un avión.
El expresidente también fue condenado a 14 años de prisión por negociar con pandillas durante su mandato, y en otro juicio fue condenado por enriquecimiento ilícito, y sentenciado a devolver más de 400.000 dólares. La justicia salvadoreña, en especial con la llegada al poder de Nayib Bukele, empezó a presionar a Nicaragua para que extraditara a Funes.
Sin embargo, el régimen Ortega-Murillo otorgó en 2019 la nacionalidad nicaragüense a Funes para evitar la extradición. El expresidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén (2014 y 2019) también se refugió en Nicaragua en 2021, después de que un juez decretó su búsqueda y captura internacional. El mismo mes de la acusación, el régimen de Ortega nacionalizó a Sánchez Cerén (también presidente por el FMLN) y su familia.
El régimen de Ortega es señalado por críticos de usar a Nicaragua como “un nido de corruptos”, ya que ha asilado y nacionalizado a exjefes de estado prófugos, guerrilleros, terroristas y asesinos como el italiano Alessio Casimirri , condenado a cadena perpetua en su país por el asesinato del primer ministro Aldo Moro.
Funes vivía una tranquila vida en Managua y usaba las redes sociales para cargar contra el Gobierno de Nayib Bukele, pero siempre estuvo salpicado por los casos de corrupción. En una reciente entrevista, el exmandatario del FLMLN dijo que no llevaba una vida de lujos, que vivía modestamente con el salario del servicio de consultoría que brinda a la Cancillería. “Soy la persona que en mi casa cocina. Yo soy el cocinero oficial. En mi casa únicamente vivo con mi hijo mayor, puesto que ya no estoy más con mi pareja anterior, mamá de mi hijo último, entonces yo tengo que responsabilizarme de eso”, dijo.
En la actualidad El Salvador, muchos culpan a Funes del ascenso político de Bukele, incluida una presidencia que el popular mandatario de Nuevas Ideas gestiona con desmanes autoritarios. “Sin ninguna influencia en la política salvadoreña, a sus 65 años, murió el expresidente que marcó el hito más importante de la política en la posguerra salvadoreña: la transición entre derecha e izquierda”.
Aunque las causas de su muerte siguen resguardadas bajo llave de su cuidador y protector sandinista, en redes sociales circula un video de Funes que data de hace 15 días, en el que dice que sufrió una caída: se fracturó el omóplato y se dislocó el brazo derecho. Para el régimen Ortega-Murillo murió de una “dolencia crónica”.
Fuente: El País