Por Adriano de la Rosa
(Periodista y locutor)
José Álvarez era un músico empírico, desde muy joven desarrolló su gran talento en la ciudad de Santiago de los Caballeros dónde se le conoce en todos los estratos sociales: ricos, clase media y pobres a los cuáles llevó su música con un estilo propio y apreciado.
Era un intérprete versátil, acompañó con su piano a centenares de artistas sin importar si cantaban boleros, merengues, tangos, cumbias, lo que fuere, música de todo tipo y de cualquier país.
Rayaba en lo genial, nació músico y murió como tal.
Cuando se estableció el primer canal de televisión en Santiago, Color Visión, fue el alma de sus programas en vivo, así ocurrió en el famoso Radio Show Dominical que producía Diógenes Almonte, originalmente por Radio Nacional, así como numerosos programas de Radio y TV, como espectáculos en vivo donde era el pianista principal.
José Álvarez tenía un temperamento jovial, calmado y solidario, propio de un artista del pueblo.
Recuerdo en 1976 cuando era secretario general del antiguo Sindicato Nacional de Periodistas Profesionales -SNPP- que le solicité sus servicios profesionales para que nos animara la celebración del Día Nacional del Periodistas y no aceptó remuneración. En otra ocasión, en esa misma década, la artista principal era Ana Victoria, hoy conocida como Vickiana, que se presentó por primera vez en otra celebración periodística en el Restaurante Antillas para que los periodistas la conocieran, pero la joven tamborileña estaba tan impresionada que se le olvidaron las letras de las canciones, se echó a llorar y José Álvarez, con paciencia y profesionalidad, la salvó de la vergüenza.
El que quería contratarlo sólo tenía que ir al Parque Duarte dónde pernoctaba con sus otros colegas de la música.
En sus últimos años, aquejado de varias dolencias, sólo se presentaba los domingos en Casa Bader, a dónde acudían sus seguidores a disfrutar de sus excelentes interpretaciones al piano.
Con la muerte de José Álvarez se nos va un santiaguero leal, dedicado a su pueblo del cual nunca emigró y al cual siempre sirvió con alegría y dedicación. Con su muerte nos quedamos huérfanos de uno de nuestros artistas más versátil y popular, único en la proyección de nuestra cultura popular a la que aportó tanto durante toda su existencia.
Descansen en paz tus restos apreciado José Álvarez, pues ya tu forma parte de la historia cultural de nuestro pueblo.
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