
SANTIAGO. – Al amparo de la buena voluntad de personas y empresas, el Ministerio Tiempo Decisivo, a través de su programa Niños con una Esperanza, celebró su acostumbrada fiesta de fin de año en beneficio de unos 230 niños, niñas y adolescentes con edades de 3 a 5 años, los de la Guardería y hasta los 15 años de edad, quienes recibieron juguetes con gran entusiasmo y vivieron momentos mágicos en un encuentro que celebra la alegría de recibir un año nuevo.
El presidente de Niños con una Esperanza, el activista y pastor evangélico Pablo Ureña, se expresó en gratitud a Dios, por haber podido celebrar la fiesta a los pequeños del programa, que cada año esperan el agasajo para empezar sus vacaciones alegres y deseosos de retornar a sus clases el próximo año.
Consciente del esfuerzo económico que debe emplear la institución para brindar este espacio para la recreación de los apadrinados, Ureña agradeció el apoyo que siempre reciben de empresas del distrito municipal, que se identifican con la obra que realiza el programa en beneficio de la población infantil.
Durante la celebración los participantes, que disfrutaron de un espectáculo con los payasos Nick y Triangulito, así como de un exquisito menú, dulces y golosinas, también fueron agraciados con juguetes deportivos y didácticos, lo que generó muchas emociones en los menores de edad.
En el festín, Niños con una Esperanza recibió a visitantes especiales, entre ellos al lanzador derecho Jonathan Hernández, jugador del conjunto Águilas Cibaeñas, quien se sintió motivado por la obra social que la institución realiza en Santiago Oeste y sorprendió y compartió con los niños junto a su hija y esposa.
También compartio con los niños del programa la familia Torres, originaria de Texas en Estados Unidos, que llegó al país movida por el impacto que tiene este programa en la población vulnerable de la comunidad.
El encuentro fue escenario, además, para ponderar el alcance del trabajo que ha desarrollado el programa durante 22 años ininterrumpidos, ofreciendo a la niñez del distrito municipal Santiago Oeste la oportunidad de construir un futuro brillante, de logros y bienestar, lo cual es posible, aseveró Pablo Ureña, por medio de la educación y el amor a Dios.
´´Nosotros existimos por estas razones, porque nuestros niños y niñas en Santiago Oeste, también tienen el derecho a salir adelante, a ser exitosos, a educarse bien. La educación, cuidado, soporte, acompañamiento, que nosotros ofrecemos es precisamente para que ellos y sus familias encuentren ese camino hacia el bienestar y, los sueños que ellos tengan no se queden sepultados por la falta de apoyo y motivación´´.
Un 2026 de retos
Pablo Ureña resaltó el impacto positivo que ha tenido en el programa el apoyo que durante 15 años han recibido de la fundación internacional Trans Mountain Project, por cuyos aportes Niños con una Esperanza ha podido mantenerse de pie, brindando a los niños desayuno, comida y una merienda diariamente, facilitando, además, los materiales gastables, el pago de casi la totalidad de los empleados y los alimentos, así como también su importante contribución en la construcción de sus estructuras físicas.
Sin embargo, reconoció que para el año 2026, la institución enfrentará una prueba difícil, ya que la donación que recibe del organismo internacional, le será reducida en un 30 por ciento, lo cual afectará significativamente la ejecución de varios proyectos, entre los cuales están las clases de karate, música y baloncesto, los cuales se desarrollan en favor de la niñez del poblado.
En nombre de la institución, Pablo Ureña hizo el llamado al gobierno y a otras instituciones para que asuman esta diferencia, y evitar que programas como estos desaparezcan.







