
Por Dionicio Hernández Leonardo
Un día como hoy, 31 de julio de 1886, murió, a la edad de 74 años, Franz Liszt en Bayreuth, Imperio alemán. Fue un compositor y pianista austrohúngaro, considerado el virtuoso sin par en la historia de la música, paradigma del artista romántico y padre del poema sinfónico.
Liszt hizo grandes aportes a la música, entre ellos, están: 1) amplió la interpretación pianística y los recursos técnicos de la escritura musical; 2) impulsó la música de programa, la que se inspira en un motivo extramusical, ya sea de origen literario o pictórico.
Termino esta nota con un pensamiento de Liszt: “La música es el corazón de la vida”.