
Por Dionicio Hernández Leonardo
Un día como hoy, 4 de diciembre de 1985, la ciudad antigua de Santiago de Compostela, España, fue inscrita por la Unesco en la Lista de Patrimonio Mundial. Para su escogencia se valoraron, fundamentalmente, su catedral y por ser un lugar de peregrinación muy importante del cristianismo; se cree que en esa localidad se dio sepultura al apóstol Santiago el Mayor.
En 1972, la Conferencia General de la Unesco estableció que los sitios del Patrimonio Mundial, sin importar su localización, pertenecen a todos los pueblos del planeta.
Termino esta nota con un pensamiento de Luis Eduardo Aute: “Un país será más libre en cuanto sea más culto”.