
«Es como ver las estrellas a plena luz del día»
Los científicos han visualizado y cuantificado por primera vez el momento exacto en que un grupo de proteínas desencadenan la enfermedad de párkinson en el cerebro, algo que según explican los expertos marca un avance importante en el estudio de esta enfermedad neurológica. Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge ha logrado identificar por primera vez estos pequeños grupos de proteínas consideradas durante mucho tiempo como las posibles culpables del inicio de esta patología pero que, hasta ahora, habían evadido la detección directa en el tejido cerebral humano. «Es como poder ver las estrellas a plena luz del día», afirman los autores de este trabajo.
Sus resultados, publicados este miércoles en la revista ‘Nature Biomedical Engineering’, podrían ayudar a desentrañar los mecanismos por los cuales el Parkinson se propaga a través del cerebro y hasta apoyar el desarrollo de diagnósticos y posibles tratamientos. Para ello, los científicos han desarrollado una técnica denominada ASA-PD (Detección Avanzada de Agregados para la Enfermedad de Parkinson) que utiliza microscopía de fluorescencia ultrasensible para detectar y analizar millones de proteínas sospechosas en tejido cerebral post mortem. Inclus en el caso de los oligómeros, unos compuestos hasta ahora considerados «demasiado pequeños para ser vistos» pero, aún así, señalados como los principales responsables del desarrollo de esta enfermedad. Según relatan los cientificos, esta técnica «maximiza la señal a la vez que reduce el ruido de fondo, aumentando drásticamente la sensibilidad hasta el punto de permitir la observación y el estudio de oligómeros individuales de alfa-sinucleína».
«Esta es la primera vez que hemos podido observar oligómeros directamente en tejido cerebral humano a esta escala. Esto abre nuevas puertas en la investigación del párkinson», argumenta la Dra. Rebecca Andrews, coautora principal y quien dirigió el trabajo durante su etapa postdoctoral.
Análisis clínico
Durante esta investigación, el equipo examinó muestras de tejido cerebral ‘post mortem’ de personas con párkinson y las comparó con individuos sanos de edad similar. Descubrieron la presencia de oligómeros tanto en cerebros sanos como en aquellos con párkinson. La principal diferencia entre los cerebros con y sin enfermedad residía en el tamaño de los oligómeros, que eran más grandes, brillantes y numerosos en las muestras con enfermedad, lo que sugiere una relación directa con la progresión del párkinson. Los científicos también descubrieron una subclase de oligómeros que aparecieron sólo en pacientes con Parkinson y que podrían ser los primeros marcadores visibles de la enfermedad, potencialmente años antes de que aparezcan los síntomas.
«Este método no solo nos proporciona una instantánea del inicio de la enfermedad sino que ofrece un atlas completo de cambios proteicos en el cerebro. El éxito de este enfoque también podrían aplicarse al estudio de otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Huntington», sostiene el profesor Lucien Weiss, de la Politécnica de Montreal, quien codirigió la investigación. «Los oligómeros han sido como encontrar una aguja en un pajar, pero ahora que sabemos dónde están, podrían ayudarnos a identificar tipos de células específicos en ciertas regiones del cerebro», comenta el especialista.
“La única manera real de comprender qué sucede en las enfermedades humanas es estudiar el cerebro humano directamente, pero debido a su enorme complejidad, esto supone un gran desafío”, afirmó la profesora Sonia Gandhi, del Instituto Francis Crick, quien codirigió la investigación. «Esperamos que superar esta barrera tecnológica nos permita comprender por qué, dónde y cómo se forman los grupos de proteínas y cómo esto altera el entorno cerebral y conduce a la enfermedad«, comenta.
Fuente EL PERIÓDICO