Hice música en un momento muy diferente al que les ha tocado a ustedes, cuando empecé este oficio, el mundo vivía en la Guerra Fría, y estábamos a expensas de que dos grandes potencias tocaran un botón, que podría destruir todo lo creado. Existían los espías y las misiones de espionaje.
Ahora, la guerra se hace diferente y viene envuelta en ideología, que se desliza sin misiles, en las redes sociales, la guerra no es porque si eres socialista o capitalista, ahora la guerra es para poner en duda lo que eres, como persona, si eres mujer, quizá podrías ser hombre y viceversa, o pudieras ser algo neutro.
Cuando escribía mis canciones, había una causa principal, la vida y el derecho a vivir en equidad económica y social, uno se jugaba la supervivencia en cada canción.
Por ejemplo; «Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada y en una vieja plaza liberada, me detendré a llorar por los ausentes».
En medio de una dictadura en Chile.
Ahora se lucha por el derecho a matar; a no nacidos, a los viejos, a los discapacitados. ! Que diferente es el canto por una causa !
Le escribíamos al amor dulce, al desamor, a la vida cotidiana de una pareja, desde la óptica de un poema:
«Si alguna vez me siento derrotado
Renuncio a ver el sol cada mañana
Rezando el credo que me has enseñado
Miro a tu cara y digo en la ventana, Yolanda , eternamente, Yolanda».
Me toco la época de abrazar causas de países hermanos, ser solidario, donde escribíamos sobre utopías de un mundo mejor.
Ahora ustedes llenan grandes lugares, grandes conciertos, son dueños del espectáculo, no se trata de crear musica, ahora se trata de crear ruido.
La gran pregunta final.. Y cual será el legado? Cual será la causa?
«Cuánto gané, cuánto perdí, cuanto de niño pedí, cuanto de grande logre. Qué es lo que me ha hecho feliz, qué cosa me ha de doler».
Recuerden que comunicar con música, conlleva una responsabilidad ante quien te admira.