
En enérgica respuesta a las declaraciones que la Diputada Carmen Ligia Barceló González, a emitido, intentando confundir a la opinión pública, utilizando palabras que desvirtúan el verdadero sentido de los que como ella, solo persiguen maximizar las ganancias de grandes grupos empresariales que incluso apelan a la contratación de manos de obra ilegal, porque su crecimiento y competitividad están basadas en una línea de precarización, que por supuesto, pretende que en este país el contrato de trabajo comience a ser fijo a partir de los 6 meses; de manera que los empresarios, a los 5 meses y medios, puedan desvincular trabajadores (como suelen decir ellos), sin asumir ningún tipo de responsabilidad con el trabajador que pierde su juventud siendo re-contratado en innumerables ocasiones y nunca incorporado al sistema de seguridad social, pero si el trabajado es técnico calificado, gerente medio, operario, u ocupa un alto cargo en determinada empresa; gente como Carmen Ligia aspira a que sus prestaciones se calculen sobre la base del salario mínimo vigente en el sector al que pertenezca el trabajador; ejemplo, si usted labora en una empresa del sector turístico como técnico calificado y recibe un salario de cien mil pesos, sus prestaciones no se pagarán por ese monto que usted devenga, sino por el mínimo del sector, que en este caso son RD$23,000.00, pero además que el mérito de antigüedad, no sobrepasará en la empresa a seis años, no importa que usted tenga 20 años, sus prestaciones solo se limitarán al techo del tiempo antes señalado (6 años).
Dice la Diputada Barceló, que se respetarán los actuales derechos adquiridos y que esto solo afectaría a los nuevos contratos. Conviene preguntarnos: trabajaremos las generaciones actuales, para dejar a nuestros sucesores un mundo laboral con más limitaciones socioeconómicas que las que nosotros vivimos actualmente? La pregunta es obvia, porque los empresarios que ella representa, trabajan pensando en el porvenir de sus jóvenes generaciones, por ejemplo, crean a ANJE (Asociación de Jovenes Empresarios) para que le releven en la conducción de sus negocios y empresas y volvemos a preguntarnos: quieren dejarles a sus jóvenes sucesores un mundo laboral libre de compromisos, una empresa sin cargas socio laborales que les obligue a compartir en algo sus ganancias y no queremos pensar que se imaginan un mundo laboral sin la existencia de los sindicatos? Pero, “por sus hechos os conoceréis”.
De verdad, deseamos que Carmen Ligia, no cuente con el apoyo de muchos compañeros/as del hemiciclo al que ella pertenece, que se solidaricen con esta causa que ella ha asumido y que su única posibilidad es la de estrellarse contra un rechazo rotundo no solo de los trabajadores/as, sino de aquellos ciudadanos que aman la Justicia Social.
Atentamente,
Pepe Abreu







