Año nuevo, vida nueva. Cada enero, mejorar nuestra salud se convierte en uno de nuestras grandes metas. Lo que muchos no saben es que, para hacerlo, entrenar fuerza en el gimnasio debe ser una parte imprescindible de nuestro día a día.
Por mucho que nos guste el cardio o salir a correr, crear una base muscular fuerte y potente es uno de los aspectos más importantes para estar sanos, porque nos ayudará a prevenir la pérdida de densidad ósea, además de lesiones, protegiendo nuestros huesos y articulaciones. Entrenar fuerza debe ser el grueso de nuestro fitness, porque sus beneficios son innumerables.
¿En qué consiste entrenar fuerza?
El entrenamiento de fuerza es una disciplina que, como su nombre indica, nos ayuda a incrementar la fuerza muscular para hacer actividades del día a día, prevenir lesiones, y mejorar nuestra salud general. Suele componerse de ejercicios como las flexiones, las dominadas, sin olvidarnos de levantamiento de peso.
Es muy versátil, porque podemos practicarlo con ejercicios sin peso, con máquinas de gimnasio, con peso libre, o con ejercicios pliométricos y complejos, si decidimos practicar entrenos funcionales. También con el HIIT estaremos entrenando fuerza.
¿Por qué debemos practicarlo?
Incrementa el tamaño del músculo y su fuerza
Es innegable el poder que tiene esta disciplina a la hora de incrementar el tamaño del músculo y nuestra fuerza. Al mismo tiempo, también nos ayuda a mejorar nuestra potencia, e incluso nuestra velocidad, por lo que conseguiremos ser mejores en otros deportes. Si lo combinamos con una buena dieta equilibrada, también podremos ver resultados físicos pronto.
Mejora nuestra salud cardiovascular
Nuestra salud cardiovascular no solo mejora con el cardio. También puede hacerlo con el entrenamiento de fuerza, porque se fortalecen nuestros pulmones y nuestro corazón, que también es un músculo que necesitamos ejercitar.
Al trabajar la fuerza, podremos llevar a cabo actividades físicas en períodos de tiempo más largo, sin cansarnos en exceso. Reduciremos también nuestra presión arterial y los niveles de colesterol.
Aumenta la densidad ósea
Esta disciplina puede aumentar la densidad ósea y prevenir la pérdida de esta con el tiempo, porque estimula su crecimiento y ayuda a preservar la fuerza de los huesos que ya tenemos, porque tendrán que aguantar una mayor cantidad de músculo. Para conseguir estos beneficios, deberemos entrenar, al menos, dos veces en semana de manera constante en el tiempo.
Al aumentar la densidad ósea, podemos prevenir facturas y otro tipo de lesiones o enfermedades como la osteoporosis.
Protege las articulaciones
Para poder llevar un estilo de vida activo cuando envejecemos, es importante que nuestras articulaciones funcionen de forma correcta. Entrenando fuerza mejoraremos su estabilidad y su fuerza, previniendo lesiones y mejorando su funcionamiento general. Al mismo tiempo, nos ayudará a corregir nuestra postura.
Ayuda a reducir el exceso de grasa
Entrenar fuerza nos ayuda a reducir nuestros niveles de grasa corporal, sobre todo si lo combinamos con ejercicio aeróbico y con una dieta equilibrada, baja en ultraprocesados. Nos ayuda a quemar calorías, pero, sobre todo, a que la pérdida de grasa se mantenga en el tiempo, porque teniendo más músculo, quemaremos más calorías de lo que lo hacíamos antes.
Este tipo de entrenamiento puede acelerar nuestro metabolismo, lo que mejorará nuestra composición corporal.
Mejora nuestra salud mental
El entrenamiento de fuerza puede ayudar a disminuir los síntomas de la depresión y la ansiedad. Es una forma de autocuidado en la que nuestro cuerpo y nuestra mente se conectan, provocando que se produzca una mejora en nuestra autoestima y en nuestro estado de ánimo.
¿Con qué frecuencia debemos entrenar?
Como todo, la frecuencia de entreno depende de las necesidades individuales de cada persona y de su situación personal. Lo óptimo sería empezar entrenando fuerza dos días a la semana, intentando hacer 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada semanales.
Si somos principiantes, debemos descansar entre cada sesión, pero saliendo a caminar y manteniéndonos activos en nuestro día a día. A medida que vayamos mejorando nuestras capacidades, podremos ir aumentando la frecuencia y la intensidad de nuestros entrenamientos.
Por supuesto, si estamos empezando es fundamental aprender primero las técnicas correctas para cada ejercicio, a ser posible, ayudándonos de un profesional que nos guíe y nos corrija. 2024 puede ser el año en que tomemos las riendas de nuestra salud, y el entrenamiento de fuerza es la clave para ello.
Fuente GQ SPAIN