El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, logró finalmente su reunión con el presidente estadounidense, Joe Biden, a quien le pidió interceder en sus relaciones con Arabia Saudita y aplaudió las políticas de Washington contra Irán.
De acuerdo con detalles de la prensa sionista, para su tan añorado encuentro, el ultra derechista debió esperar 20 minutos por el anfitrión en el Hotel Intercontinental de Nueva York donde se llevó a cabo la cita.
Según agregaron, Netanyahu pidió la contribución de Biden para poner fin al conflicto árabe-israelí, lograr la reconciliación entre el mundo islámico y el Estado judío y promover una verdadera paz entre Israel y los palestinos, pero siempre bajo su concepto.
Asimismo, manifestó, que juntos podrán “hacer historia y crear un futuro mejor para la región y más allá”.
Tampoco faltaron las críticas a Irán a quien calificó como una “amenaza” y le aplaudió su “continuo” compromiso para seguir poniendo zancadillas al programa nuclear de la República Islámica.
A Biden le pidió arrinconar a Irán como una amenaza militar real con sanciones devastadoras y apoyando a los desestabilizadores del país, a los cuales calificó como supuestos “valientes hombres y mujeres que aborrecen el régimen. Ellos son verdaderos socios en un futuro mejor”.
La reunión abordó también la cuestión de la normalización con Arabia Saudita, pero el sitio web del Reino, Elaph, citó a un funcionario de la oficina del primer ministro israelí hace unos días diciendo que Riad pidió a la administración estadounidense evitar cualquier discusión relacionaba con la normalización con Israel.
Los propios medios de comunicación israelís describieron a cientos de manifestantes protestando en las afuera del hotel donde ocurrió el encuentro contra la presencia de Netanyahu.
La ciudad de San Francisco vivió un escenario semejante durante la reunión del primer ministro sionista con el multimillonario Elon Musk. Los manifestantes lo calificaron de «delincuente» y afirmaron que su “lugar es la cárcel”.
Por varios meses Netanyahu esperó una reunión con Joe Biden, quien la desestimó en múltiples ocasiones. La molestia del derechista llegó al punto de prohibirles a sus propios funcionarios y ministros encontrarse con altos funcionarios de la Casa Blanca mientras a él no lo invitaran a Estados Unidos.
Fuente Almayadeen