El primer debate televisado antes de las elecciones presidenciales de Irán, programadas para el 28 de junio, tuvo lugar. Este evento se centró en temas económicos, presentando diversas propuestas para abordar los desafíos más urgentes en este ámbito.
Con una duración de aproximadamente cuatro horas, el debate estuvo marcado por intensos intercambios donde cada candidato expuso sus opiniones sobre cómo enfrentar la corrupción, las políticas económicas, la inflación, las sanciones occidentales y el rol de Irán en la economía global.
Mostafa Pourmohammadi, ex-ministro de Justicia en el gobierno de Ahmadinejad y único clérigo entre los candidatos, criticó las políticas del banco central. Argumentó que estas políticas perjudican a la industria nacional al aumentar las tasas de interés. “Les hemos dado autoridad e independencia al banco central, pero no las herramientas. Han elevado las tasas de interés, lo cual es inflacionario por sí mismo.”
Muchos analistas han señalado que Pourmohammadi buscaba jugar un papel similar al que Hasan Rohani desempeñó en las elecciones de 2013. Durante el debate, criticó repetidamente a los candidatos “principalistas”, término usado en Irán para los partidarios de una política que busca mantener los principios fundacionales de la República Islámica. Les reprochó por, según él, “exacerbar las sanciones a través de acciones como los ataques a embajadas”. También lamentó que Irán “pagó el precio de la guerra en Ucrania pero no obtuvo beneficios de ella” y subrayó que “todas nuestras relaciones comerciales están bloqueadas.”
Pourmohammadi hizo hincapié en la necesidad de una economía de mercado libre, declarando: “Para que la economía tenga éxito, debemos tener competencia y el gobierno no debe competir. No deberíamos tener una economía dirigida”.
Por otro lado, Alireza Zakani, actual alcalde de Teherán, rechazó la “diplomacia de súplica” y enfatizó la necesidad de la autosuficiencia nacional. Argumentó que Irán debe alcanzar la autosuficiencia para ganar respeto internacional, aunque señaló que “las sanciones son injustas, primero debemos neutralizarlas”.
Zakani destacó la importancia de que los gestores económicos del gobierno sean “honestos y capaces de combatir la corrupción”. Durante el debate, tuvo un enfrentamiento dialéctico con Pezhskian cuando este último mencionó la necesidad de que Irán cumpla con los estándares del FATF para atraer inversión de China. Zakani respondió diciendo: “Eso no es cierto. Yo fui y firmé acuerdos por valor de 13 mil millones de dólares y contratos por valor de 2 mil millones de dólares con China.”
En el bloque dedicado a la corrupción, el alcalde de Teherán respaldó los llamamientos a la rendición de cuentas. Hubo otro momento tenso cuando Zakani acusó, sin mencionar nombres, a ciertas personas dentro de la campaña de Pezeshkian de ser corruptas: “El Sr. Pezeshkian habla de procesar a las personas ineficientes. Sí, algunos de esos responsables están hoy en su campaña.”
Said Yalili, una figura destacada dentro del campo “principalista” y ex-Secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional, como era de esperar, criticó al gobierno de Rohani por basar toda su política en la búsqueda de “acuerdos internacionales” sin enfocarse en el desarrollo de las capacidades del país.
Enérgicamente, Yalili rechazó cualquier dependencia de acuerdos con países extranjeros, argumentando que “la política de máxima presión ejecutada por Estados Unidos contra Irán fracasó en planificación, comprensión de oportunidades y atracción de inversiones”.
Sin embargo, esto no significa que Yalili sea un aislacionista. Desde su perspectiva, la política exterior iraní debe basarse en la autonomía y la libertad al buscar alianzas. Él subrayó su experiencia en asuntos diplomáticos al declarar: “He estado involucrado en política exterior durante 35 años. Hoy en día, nuestras oportunidades en política exterior y nuestras extensas interacciones con el mundo son incomparables.”
En este sentido, es interesante destacar que se rumorea que Mehdi Safari, ex-embajador en China, Rusia y Austria, podría ser su candidato para el puesto de Ministro de Exteriores en caso de que Jalili gane las elecciones.
Masoud Pezeshkian, considerado por muchos analistas como el perdedor de la noche por no cumplir con las expectativas creadas, es el candidato “reformista” respaldado por figuras como el ex-presidente Khatami y el ex-Ministro de Exteriores durante el gobierno de Rouhani, Javad Zarif.
En el bloque dedicado a la corrupción, Pezeshkian destacó las ineficiencias económicas y las pérdidas provocadas por las sanciones. Apuntando a aquellos que según él se benefician del status quo, declaró: “Estamos comprando caro y vendiendo barato. Sufrimos pérdidas significativas en el sector petrolero. ¿Quién es responsable de vender nuestros activos tan baratos?”
También hizo hincapié en el impacto negativo de las sanciones, afirmando: “Las sanciones son un desastre; las evadimos, pero en este camino equivocado que estamos tomando, hay mucha corrupción. ¿De dónde proviene toda esta corrupción?”
Además, subrayó la importancia de adherirse a los estándares financieros globales establecidos por el Grupo de Acción Financiera (FATF) para atraer inversión extranjera, especialmente de China.
Respecto a la inflación, destacó los déficits presupuestarios y la impresión “descontrolada de dinero” como problemas cruciales. “La inflación significa vaciar los bolsillos de la gente sin que se den cuenta; se van a dormir por la noche y se despiertan encontrando que su poder adquisitivo ha desaparecido”, enfatizó.
En cuanto a la corrupción, Pezeshkian insistió en la necesidad de procesar a aquellos que no cumplen con las promesas y puso un fuerte énfasis en la transparencia: “Colocaré las finanzas del gobierno en una habitación completamente hecha de vidrio.”
Mohammad Bagher Qalibaf, actual presidente del parlamento y favorito según las últimas encuestas, hizo hincapié en la necesidad de un gobierno fuerte para enfrentar los numerosos desafíos que enfrenta Irán.
Qalibaf reconoció el impacto de las sanciones y enfatizó la importancia de levantarlas de manera gradual a través de un enfoque “paso a paso”. Además, abogó por esfuerzos diplomáticos concretos para lograr este objetivo, afirmando: “Tenemos un plan específico que podemos seguir paso a paso”.
En relación con la inflación, prometió ajustar los sueldos y defendió una mayor independencia para el banco central. “Hemos otorgado poder al Banco Central pero aún no le hemos concedido completa independencia”, señaló durante el debate.
Qalibaf opinó que la participación del gobierno en la economía debería ser minimizada. “La Revolución Islámica otorgó a las personas la oportunidad de gobernar su propio destino mediante una democracia religiosa”, destacó.
También mencionó la necesidad de establecer un “escudo protector” para proteger a la población contra la inflación.
Finalmente, Qalibaf subrayó la importancia de convertir los contratos firmados con socios extranjeros en progresos tangibles y abogó por utilizar organizaciones no occidentales. “En este momento, nuestros contratos con China y Rusia no han sido implementados. Necesitamos aprovechar las capacidades del Consejo de Cooperación de Shanghái y BRICS”, declaró.
Amir-Hossein Ghazizadeh Hashemi, actual responsable de la Fundación de los Mártires bajo el gobierno de Ebrahim Raisi (2021-24), afirmó durante el debate que su administración podría resolver rápidamente los problemas económicos, especialmente los relacionados con la caída del mercado de valores.
Durante todo el debate, Hashemi se dedicó especialmente a defender la gestión del gobierno Raisi, destacando: “El gobierno fue entregado al presidente Mártir Raeisi con las arcas vacías, pero fue administrado de manera eficiente por su administración”.
En un momento crucial del debate, Hashemi advirtió sobre los riesgos de adoptar recetas de actores internacionales como el Banco Mundial: “Creemos en la experiencia global, tanto en experiencias positivas como en fracasos. ¿Se pueden mostrar ejemplos de países en desarrollo que hayan seguido las prescripciones del Banco Mundial y hayan logrado salvar su economía? La visión del Banco Mundial no acepta el concepto de humanidad y sostiene que los empleados deben ser pagados según su productividad.”
En términos económicos, Hashemi subrayó la necesidad de que la economía iraní se vuelva predecible: “Necesitamos invertir en la creación de parques industriales conjuntos con extranjeros y vecinos. La política económica debería impulsar la producción y beneficiar a los hogares iraníes”, puntualizó Hashemi.
A pesar de las numerosas diferencias programáticas y los momentos tensos, todos los candidatos mostraron unidad en el uso del lenguaje y los conceptos fundamentales de la Revolución Islámica. También destacaron la unanimidad al priorizar el aprovechamiento de las capacidades internas del país. Incluso Pezhkian y Pourmohammadi, quienes enfatizaron la interacción y el uso de las capacidades globales, coincidieron en la necesidad de fortalecer primero las capacidades internas de Irán.
Otro aspecto destacado del debate fue el esfuerzo de los seis candidatos por no criticar al fallecido presidente Raisi directamente, aunque se realizaron algunas críticas a su gobierno.
El segundo debate electoral está programado para mañana día 20.
Fuente HispanTV