A la FIFA le interesaba una final entre dos selecciones de diferentes continentes para romper la hegemonía de Europa y Qatar pasaría a la historia por el primer Mundial de Messi
En la final del Mundial de invierno, la competición que paró el calendario de los clubes y en la que quedó eliminada la anfitriona a las primeras de cambio, están las dos selecciones que querían la FIFA y Qatar. Argentina contra Francia. Una selección sudamericana contra otra europea. El enfrentamiento entre Leo Messi y Kylian Mbappé, dos estrellas del fútbol, mediáticas, embajadores del Mundial y exponentes del proyecto deportivo y la marca del Paris Saint-Germain.
Era la final deseada por la FIFA. Mejor que un Argentina-Brasil o un Francia-Inglaterra. El máximo organismo del fútbol celebra que dos selecciones de diferentes continentes vuelvan a competir por el reinado del mundo. Europa ejerce una hegemonía desde el año 2002. Es el último Mundial que ganó una Selección sudamericana, el de la Brasil de Ronaldo Nazario en el campeonato que se celebró en Corea del Sur y Japón. Desde entonces, Europa domina con el Mundial de Italia de 2006, el de España de 2010, el de Alemania en 2014 y el de Francia de 2018.
El interés está en que los aficionados del mundo vuelvan a disfrutar de la rivalidad de dos selecciones como la argentina y la francesa. La preocupación era la tendencia de ver cómo tres de las cuatro últimas finales del Mundial las han disputado Selecciones del Viejo Continente. El desenlace lo sabremos pronto: si Argentina es capaz de acabar con la preponderancia del fútbol europeo o si Francia hace historia conquistando su segundo Mundial. Rompería el empate entre los dos continentes. Solo dos selecciones han ganado dos Mundiales seguidos: Italia en 1930 y 1934. Brasil en 1958 y 1962.
Sospechas arbitrales
Las dos semifinales no han estado exentas de polémicas arbitrales. Es la sospecha del empujón que ha tenido Argentina en el partido contra Croacia, en el penalti que significó el primer gol. La acción de Livakovic con Julián Álvarez. De ello protestó Luka Modric, quejándose de una decisión que considera que los perjudicó. Antes, lo hizo Pepe. El central de Portugal fue contundente tras la eliminación contra Marruecos y apuntó al colegiado argentino: «Le pueden dar ya el título a Argentina. Es inadmisible que un árbitro argentino nos pitara después de las quejas de Messi«. En la semifinal entre Francia y Marruecos hay una jugada para la polémica, en un choque de Theo Hernández con Boufal, que no se señala como penalti y el jugador marroquí, además, recibe una tarjeta amarilla.
Qatar también tiene su final soñada. Es un Messi contra Mbappé. Gana el país organizador, sea cual sea el resultado. Es el partido que puede pasar a la historia como el primer Mundial que gana Leo Messi. Las imágenes de la estrella argentina levantando la Copa del Mundo en Qatar, en el estadio de Lusail, quedarían para el recuerdo. Y, si lo gana Mbappé, el futbolista por el que lo ha dado todo el PSG y Qatar, sería igual de importante. Dejaría otra imagen icónica. La del nuevo número uno del mundo que, con 23 años, gana dos Mundiales y entra en el Olimpio de los mejores de la historia.
Es, sin ninguna duda, la final en la que se lava la imagen de Qatar. A ello contribuye el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que ya ha estado presente en la semifinal entre Francia y Marruecos, junto al jeque Tamim bin Hammad Al Thani, el presidente del PSG Nasser Al Khelaifi, el de la FIFA Gianni Infantino y el de la UEFA Aleksander Ceferin. Macron ha destacado la organización y la seguridad del Mundial y no ha querido pronunciarse por la polémica de la prohibición a los jugadores de lucir el brazalete LGTBI.
Fuente: El Confidencial