
Los conceptos emitidos en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor
Por Adolfo Pérez De León
El autor es Ing. Industrial Ingeniero industrial
La República Dominicana se encuentra en un momento clave de su historia económica y social. Gracias a la estabilidad alcanzada bajo el liderazgo del presidente Luis Abinader, el país ha mantenido un crecimiento sólido y ha fortalecido sus instituciones, consolidándose como una de las economías más dinámicas de la región. Ahora, el reto es dar el siguiente paso: construir un modelo de desarrollo que aproveche los avances logrados y los transforme en un sistema aún más inclusivo, innovador y sostenible.
Uno de los grandes logros del Gobierno de Luis Abinader ha sido garantizar un entorno estable, con políticas económicas responsables, transparencia en la administración pública y una gestión eficaz de los recursos nacionales. Esta estabilidad ha permitido que la República Dominicana no solo se recupere con éxito de los desafíos globales, sino que también proyecte un futuro de crecimiento sostenido y diversificado.
Los indicadores económicos han reflejado esta solidez: el país ha mantenido su ritmo de crecimiento, la inversión extranjera sigue en ascenso y la confianza en el clima de negocios ha fortalecido el desarrollo de nuevos sectores productivos. Todo esto es resultado de un modelo de gobernanza que pone en el centro la eficiencia, la transparencia y la capacidad de respuesta ante los cambios del mundo globalizado.
Sin embargo, el liderazgo del presidente Abinader ha demostrado que la estabilidad no significa inmovilidad. Por el contrario, ha sido el punto de partida para una transformación estructural que coloca a la nación en el camino hacia un desarrollo más inclusivo, con mayor acceso a oportunidades para todos los ciudadanos.
La continuidad del progreso requiere una visión clara de futuro. Para consolidar los avances y proyectar una República Dominicana aún más fuerte, es necesario fortalecer cinco ejes fundamentales que potencien la economía, promuevan la innovación y garanticen bienestar para toda la población.
1. Innovación y tecnología como motores de crecimiento
El Gobierno del presidente Abinader ha impulsado una modernización profunda del sector productivo, promoviendo la digitalización y la innovación en las empresas. Ahora, el siguiente paso es acelerar la transición hacia una economía basada en el conocimiento y la tecnología.
Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) han sido un pilar del crecimiento nacional. Integrarlas en un ecosistema más tecnológico —con modelos como Mipym-Tech— permitirá aumentar su competitividad, generar empleos de mayor calidad y expandir la capacidad productiva del país. Sectores como Fintech, Agrotech y la economía naranja pueden ser la clave para consolidar una industria local con proyección internacional.
2. Acceso al crédito y dinamización del emprendimiento, para una “economía de oportunidades”.
El liderazgo del presidente Abinader ha impulsado reformas clave para fortalecer el acceso al financiamiento, garantizando que más dominicanos puedan desarrollar sus ideas y contribuir al crecimiento del país.
Esto se suma a la modernización del sector financiero, que ha mejorado la disponibilidad de recursos para inversión y ha permitido que más dominicanos participen en la economía formal.
El emprendimiento se consolida como una vía real para el desarrollo y la movilidad social ascendente. Una economía de oportunidades es aquella que crea los espacios necesarios para que sus ciudadanos avancen en la vida, desarrollen sus metas y alcancen sus sueños, a partir del estudio y el trabajo.
3. Un modelo de desarrollo inclusivo y sostenible
El Gobierno de Luis Abinader ha demostrado su compromiso con el bienestar de todos los dominicanos, promoviendo políticas públicas que fortalecen la equidad y la sostenibilidad. En esta nueva etapa de desarrollo, es clave continuar profundizando estos principios, asegurando que el crecimiento beneficie a toda la sociedad.