La generación z (nacidos a partir del 2000) lideran las nuevas exigencias laborales de solo hacer lo estrictamente acordado
Si bien hay problemas generales o globalizados, como la inflación, algunos países luchan con otras preocupaciones generadas a partir de la pandemia, como por ejemplo, el “Quiet Quitting” o la renuncia silenciosa. Aunque no se trata de algo estrictamente “nuevo” en otros destinos, este fenómeno, que gana terreno y titules, también está impactando al sector empresarial en República Dominicana.
El Foro Económico Mundial (FEM) lo define como abandonar el trabajo de forma silenciosa, que no significa dejar de trabajar. “Simplemente es hacer lo que se requiere y luego seguir con tu vida: tener un mayor equilibrio entre la vida laboral y la personal”. En un artículo señala que “sigues cumpliendo con tus obligaciones, pero ya no estás suscrito a la mentalidad de la cultura del ajetreo de que el trabajo tiene que ser tu vida”.
Si bien parece algo de países desarrollados, es una realidad que impacta a República Dominicana, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), donde se encuestaron compañías de sectores como el financiero, medios, industria y retail o consumo de hasta 1500 empleados.
Durante una exposición en la Semana de la Investigación de la PUCMM 2023, Cristóbal Rodríguez Montoya, investigador del proyecto en curso, los empresarios “lo reconocen y les preocupa”. Al igual que a nivel mundial, la nueva actitud de los colaboradores surge a raíz de la pandemia, y es liderada por la generación Z (nacidos a partir del 2000), quienes no solo buscan más flexibilidad, sino que “saben cuáles son sus límites y saben poner límites”.
Así lo afirma el informe del FEM, que los que tienen entre 18 y 26 años son los más preocupados por la seguridad, la salud, las finanzas, las conexiones sociales y por mantenerse al día con el cambio. “Los estudios sobre el cambiante mundo del trabajo respaldan el aumento de la renuncia silenciosa”, añade.
República Dominicana
Para el investigador, los hallazgos son de interés o alarmantes, porque República Dominicana tiene un alto crecimiento de la económica medida por su producto interno bruto (PIB), por lo que un descenso en el mercado laboral puede impactar el desarrollo.
Otro fenómeno que ha impulsado la denominada “renuncia silenciosa” es la diversificación de las fuentes de ingresos en la actualidad. Es decir, al estrés y ansiedad generada por la pandemia, además del regreso a las oficinas se sumó la economía gig (gig economy).
El también llamado trabajo individual es un formato que surge para generar ingresos fuera del empleo tradicional, en la cual una persona se encarga de realizar una tarea específica y cobra este servicio de forma independiente, según define el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Rodríguez Montoya citó ejemplos locales como “hacer uber, ser asistente virtual, o tener algún emprendimiento”, comportamientos o actitudes que afirman están muy relacionados con la generación Z, aunque no particular de ellos.
“Gracias a la economía gig la gente tiene cierta flexibilidad. Hay más opciones para generar dinero. Es muy interesante que pueden tener ingresos que superan a los que puede ofrecer un empleo formar”, dijo.
De acuerdo con los resultado de la encuesta, otros factores que pudieran estar afectando o incentivando la renuncia silenciosa en el país es la “forma en la que empresa ejerce liderado” y la “calidad de supervisión”.
Factores relacionados
Entre los factores generales que atribuye a la renuncia silenciosa, cito la desconexión social. El aislamiento en casa por la pandemia podría haber llevado a las personas a sentirse desconectadas de sus colegas y supervisores, lo que podría haber disminuido su compromiso con el trabajo.
“Podría haber contribuido con el fenómeno de renuncia silenciosa, ya que las personas podrían haber perdido el sentido de pertenencia y camaradería que solían tener en el lugar de trabajo”, añadió.
Además del estrés y el cambio de prioridades, destacó el cambio en las expectativas, detallando que la pandemia de covid-19 ha transformó drásticamente la sociedad, debido al trabajo remoto y horarios más flexibles. Esto ha cambiado las expectativas sobre lo que constituye un “buen” trabajo.
“Las personas aspiran a otros beneficios como la flexibilidad”, sostuvo. En ese sentido, el empresariado dominicano ya estaría tomando acciones para “combatir” el fenómeno. Entre las acciones reportadas, señaló que hay una conciencia sobre apuntar al salario emocional y repensar como hacer la gestión humana. “Es muy importante como se sienten tratados por las empresas”, concluyó.
Fuente El Dinero