
Las salidas militares de Estados Unidos en Irak y Siria están plagadas de robos de armas y equipos, según documentos exclusivos obtenidos por The Intercept.
Según investigaciones militares iniciadas a principios de este año, múltiples armas y equipos sensibles, incluidos sistemas de lanzamiento de misiles guiados y aviones no tripulados fueron extraídos en Irak.
A ellos están unidos cientos de miles de dólares en equipo militar escamoteados a las tropas estadounidenses en Irak y Siria entre 2020 y 2022, comentó la publicación.
Conforme al secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, el presidente Joe Biden no tiene mayor prioridad que la seguridad del personal.
A juicio de la codirectora del Proyecto sobre los Costes de la Guerra de la Universidad Brown, Stephanie Savell, EEUU no suele pensar de forma crítica sobre los efectos de una presencia militar tan amplia y los robos de armas es uno de los muchos costes políticos de la campaña contra el terrorismo.
De acuerdo con The Intercept, los robos en Irak nunca fueron hecho públicos por los militares. Los reportes permanecieron en archivos de investigaciones criminales obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información.
En febrero del 2022, 13 drones comerciales, valorados en unos 162 500 dólares, fueron sustraídos de una instalación estadounidense en Erbil, Irak. Los agentes no identificaron a ningún sospechoso y el expediente no mencionó ninguna pista.
Otros tipos de armas como visores de puntería y lanzadores de misiles Javelin también desaparecieron. Las pérdidas para el gobierno estadounidense fueron estimadas en casi 480 000 dólares.
Por su parte, los investigadores no sospecharon del personal interno, pero hicieron referencia a los lugareños como los probables sospechosos.
A principios de este año, The Intercept reveló, al menos, cuatro robos significativos y una pérdida de armas y equipos estadounidenses en Irak y Siria entre 2020 y 2022, incluidas granadas de alto explosivo de 40 mm, rondas perforantes, herramientas y equipos especializados de artillería de campaña y “sistemas de armas no especificados.”
Dos de los incidentes tuvieron lugar en bases de Siria y tres en Irak. Ninguno de esos robos ocurrió en la Base de Operaciones Avanzadas Unión III.
Tanto el Combined Joint Task Force-Operation Inherent Resolve, destinado a supervisar la guerra de Estados Unidos en Irak y Siria, como su organización matriz, el Mando Central de Estados Unidos, no respondieron a ninguna de las preguntas de The Intercept sobre los robos de armas en Irak y Siria.
Los robos y pérdidas descubiertos por The Intercept son solo los últimos problemas de rendición de cuentas de armas que afligen al ejército estadounidense en Irak y Siria.
Grupos como Amnistía Internacional y Conflict Armament Research también descubrieron que una parte sustancial del arsenal del grupo terrorista Daesh estaba compuesto por armas y municiones de fabricación estadounidense.
Fuente Almayadeen