
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha elevado el tono contra Moscú al confirmar que los drones rusos no solo violaron el espacio aéreo polaco esta semana, sino también el de Rumanía, Letonia, Lituania y Estonia. «No es un hecho aislado», recalcó desde Bruselas el dirigente neerlandés, acompañado del comandante supremo aliado en Europa, Alexus Grynkewich.
La revelación llega tras el derribo de varios drones en Polonia, cuyo supuesto objetivo era una base logística clave para el suministro de ayuda a Ucrania. El primer ministro polaco, Donald Tusk, llegó a calificar el episodio como «el mayor riesgo de entrar en conflicto desde la Segunda Guerra Mundial».
Como respuesta, la Alianza Atlántica ha puesto en marcha un nuevo sistema de defensa aérea bautizado como Centinela oriental, que contará con activos de países como Dinamarca, Francia, Reino Unido y Alemania. Según Rutte, su despliegue será inmediato y busca reforzar el flanco oriental frente a unas «imprudencias cada vez más frecuentes e inaceptables» por parte de Rusia.
Pero la advertencia del secretario general no se limitó a los países fronterizos con Rusia. En una alusión directa, mencionó a España y al Reino Unido como ejemplos de Estados que no pueden confiar en la distancia geográfica para sentirse más seguros. «Da la impresión de que si vivo en Madrid o en Londres estoy más seguro que si vivo en Tallin. Y eso no es cierto, porque los últimos misiles rusos descendieron a cinco veces la velocidad del sonido y tardan solo cinco o diez minutos más en llegar a Madrid o Londres de lo que tardan en llegar a Tallin o Vilna», señaló.
La referencia a Madrid no pasó desapercibida. España, pese a ser la cuarta economía de la Unión Europea, es uno de los países que menos ha avanzado en el aumento del gasto en Defensa exigido por la Alianza. El Gobierno de Pedro Sánchez mantiene su compromiso de alcanzar el 2 % del PIB en 2029, pero ha rechazado la presión de Estados Unidos y de otros aliados para ir más allá. El contraste también fue visible en la propia gestión del incidente, pues mientras líderes como Emmanuel Macron, Giorgia Meloni o Friedrich Merz participaron en las conversaciones de alto nivel tras el ataque a Polonia, Sánchez no estuvo presente.
Además, Rutte es consciente de la sensibilidad política en España, donde una parte del Ejecutivo —especialmente desde Sumar— cuestiona abiertamente la pertenencia a la OTAN. A ello se suma una opinión pública menos concienciada con la amenaza rusa que la de otros países europeos.
Fuente EL DEBATE