
Es un atentado grave contra el estado de derecho y la libertad de expresión
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Por David R. Lorenzo
El secuestro y arresto del comunicador y detective Ángel Martínez por parte del Estado constituye un hecho violento que se ha producido contra un ciudadano dominicano por ejercer la libertad de expresión.
La utilización de una flota de la Armada Dominicana, que incluyó lanchas rápidas, remolcadores y helicópteros, y el asalto con armas largas de un barco crucero en alta mar, con 3 mil 700 turistas, creando pánicos entre gran parte de ellos, es un hecho que no tiene precedentes en la República Dominicana.
La justificación de tal acción de acuerdo a un comunicado de la Policía fue porque Martínez al llegar a Puerto Plata en el crucero, procedente de Nueva York, Estados Unidos, que atracó en el puerto Taíno Bay, de Puerto Plata, realizó grabaciones y transmisiones en vivo por su canal de Instagram, de varios lugares, que la institución del orden consideró ridículamente como “sensibles”.
Martínez visitó lo que pareció un parque donde estaban varias personas. Algunos lo saludaron, lo reconocieron y hasta se tiraron fotos con él.
En el lugar, visiblemente emocionado, Martínez exclamaba a toda voz: “¡Yo vine a mi país! ¡Yo creo que tengo derecho a entrar a mi país! ¡Yo vine a traerle mi cuerpo pá lo que quieran! !Mátenme! ¡Vamos a ver! ¡Mátenme! ¡Vamos a ver si ustedes tienen más «cocos» que yo!. No dizque que me iban a matar si llego al país, pues ¡Yo estoy aquí, pá que me maten! Hay que adecentar ese país ¡Aquí estoy yo pá que me maten! ¡Vamos, denle, denle, ustedes no son dizques guapos! ¡yo le vine a traer mi cuerpo, pendejos! ¡Vamos!”.
Luego el comunicador visitó y grabó un hospital de Sosúa sin concluir desde hace 5 años, y un área del malecón, donde se dijo que las autoridades están desalojando a vendedores de casetas que fueron construidas supuestamente en el gobierno de Leonel Fernández.