
El presidente estadounidense ha pedido a Putin que perdone la vida de las tropas ucranianas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que hay «una gran probabilidad» de que la guerra entre Rusia y Ucrania termine. Pronunció estas palabras tras haber mantenido una conversación «productiva» con Vladimir Putin, en medio de los esfuerzos de Estados Unidos por mediar en la invasión rusa a territorio ucraniano que completa más de tres años. Además, el republicano aseguró haber solicitado «con firmeza» al presidente ruso durante la llamada que «perdone la vida» de miles de soldados ucranianos que, según él, se encuentran «rodeados» en la región de Kursk, en Rusia. «En este preciso momento, miles de tropas ucranianas están completamente rodeadas por el ejército ruso, en una posición muy mala y vulnerable», escribió Trump en Truth Social.
Según el magnate existe la posibilidad de una «masacre» comparable a las mayores tragedias de la Segunda Guerra Mundial, y así se lo habría dejado saber a su homólogo en una llamada intercambiada ayer.
La situación en Kursk se ha vuelto extremadamente tensa en las últimas semanas. En agosto pasado, Ucrania lanzó una arriesgada incursión transfronteriza hacia la región, logrando ocupar una porción significativa del territorio ruso. Sin embargo, en las últimas semanas, las fuerzas rusas han recuperado terreno rápidamente, situando a las tropas ucranianas bajo una fuerte presión. Según Trump, estos soldados se enfrentan a una amenaza inminente de «masacre».
El propio presidente ruso, Vladimir Putin, puso en valor el destino de las fuerzas ucranianas en Kursk como un punto clave a resolver antes de considerar la propuesta de Trump de un alto el fuego con Ucrania de 30 días.
De hecho, durante una conferencia de prensa el pasado jueves, Putin cuestionó: «¿Deberíamos liberarlos tras haber cometido graves crímenes contra civiles?», se preguntó. El Kremlin ya había declarado previamente que los soldados capturados en Kursk serían tratados como terroristas.
Por su parte, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el general Oleksandr Syrskyi, reconoció el pasado martes que la situación es «difícil», pero negó que las tropas estuvieran completamente rodeadas. Según Syrskyi, las fuerzas ucranianas se están reubicando en posiciones defensivas «más favorables» y continuarán combatiendo en Kursk «mientras sea razonable y necesario». Hasta el momento, Ucrania no ha expresado su respaldo a la propuesta de Trump para garantizar un paso seguro a sus tropas fuera de Kursk.
El mandatario estadounidense hizo sus declaraciones a través de Truth Social, apenas un día después de que su enviado, Steve Witkoff, se reuniera con Putin en Moscú. Según Trump, la reunión fue «muy buena y productiva» y duró varias horas, extendiéndose hasta la madrugada del viernes
Sin embargo, a pesar de la iniciativa de Trump para un alto el fuego, Putin ha restado importancia a la propuesta de una rendición incondicional. Según el mandatario ruso, con sus fuerzas avanzando tanto en Kursk como en el sureste de Ucrania, sería necesario cumplir con varias condiciones antes de ordenar el cese de hostilidades.
En Kursk, Rusia lanza a diario decenas de bombas aéreas contra su propio territorio y envía múltiples tropas norcoreanas al asalto, según informan desde la línea del frente. La prioridad de Ucrania es salvar la vida de sus soldados, lo que significa que maniobren hacia posiciones más ventajosas. Según estimaciones no verificadas de Kiev, Rusia ha perdido casi 55.000 soldados muertos, heridos o capturados en más de siete meses de ofensiva sorpresa de Ucrania, así como 2.100 piezas de equipo pesado
Entretanto, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó ayer en su cuenta de X (anteriormente Twitter) que Ucrania acepta la propuesta de cese al fuego de Trump, ya que busca la paz. Sin embargo, denunció que Rusia está imponiendo condiciones que solo complican y prolongan el proceso de negociación.
La posición de Zelenski es complicada porque Washington ha presionado para que acepte un acuerdo sobre la explotación de los minerales raros y el acceso a recursos naturales a cambio de seguir facilitando ayuda militar para defenderse de los rusos.
La estrategia, celebrada por unos y cuestionada por otros a nivel interno en Estados Unidos, ha puesto a Trump como el «único con las llaves del futuro de Ucrania», según especifican analistas republicanos.
Moscú reaccionó con entusiasmo, por ejemplo, cuando Trump y Zelenski se enfrentaron durante su reunión en la Oficina Oval el mes pasado. Posteriormente, Trump lanzó una advertencia en su plataforma Truth Social, afirmando que «Zelenski faltó al respeto a Estados Unidos… [y] puede volver cuando esté listo para la paz». Dos días después, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que la nueva administración estadounidense «está cambiando rápidamente todas las configuraciones de política exterior. Esto coincide en gran medida con nuestra visión». Putin no podía estar más complacido con el tumultuoso desenlace del encuentro, ya que parecía que la administración Trump estaba desmantelando décadas de apoyo estadounidense a Kyiv, que se había intensificado tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022. Lo cierto es que aunque Putin parecía haber alcanzado su antiguo objetivo de dividir a Estados Unidos de sus aliados europeos, quienes, a diferencia de Trump, no estaban dispuestos a abandonar su respaldo a los ucranianos en apuros, los últimos acercamientos entre EE UU y Ucrania, aunque no sean sinceros dan a entender que la mano de Washington puede seguir extendiéndose en direcciones desconocidas. Así las cosas, lodo parece que la pelota sigue en el tejado de Moscú
Fuente: La Razón