
Estados Unidos prepara el fin del régimen bolivariano
Nicolás maduro ya no se siente seguro. El sucesor de Hugo Chávez y la camarilla que le rodea han asumido ya que el presidente de Estados Unidos los tiene en la mira de su objetivo: poner fin al cartel de los soles. Dicho de otro modo, provocar un cambio de régimen que de paso a una transición democrática.
Veamos la secuencia. La Administración Trump envió al Congreso norteamericano una comunicación para explicar su declaración de «conflicto armado no internacional», es decir, acción militar directa contra organizaciones designadas por Washington como terroristas, incluido, especialmente, el Cartel de los Soles venezolano.
El documento justificó legalmente, aunque sin mucho detalle, las últimas acciones militares de Estados Unidos en el Caribe que produjeron el hundimiento de al menos cuatro (ahora cinco) embarcaciones cargadas con drogas salidas de costas venezolanas con un saldo de 17 (ahora 21) muertos.
Señala el memorándum que «Estados Unidos está en un conflicto armado no internacional, en consonancia con la responsabilidad del presidente, de conformidad con su autoridad constitucional como comandante en jefe y jefe Ejecutivo para conducir las Relaciones Exteriores, de proteger a los estadounidenses y los intereses de Estados Unidos en el exterior y en apoyo de la seguridad nacional y los intereses de la política exterior de Estados Unidos».
También indica que «los carteles involucrados han aumentado su arsenal de armas, están bien organizados, son violentos y tienen los medios financieros, la sofisticación y las capacidades paramilitares para operar con impunidad», y agrega que «estos carteles no solo han atacado a Estados Unidos y a naciones aliadas en la región, sino que han producido una importante cantidad de muertes».
Sin dudas, esta declaración apunta a la inminente entrada en acción de las fuerzas militares de Estados Unidos, y representa un paso más en la escalada de presión, y quizás el principio del fin, de la guerra contra el cartel de los soles venezolano.
La propia portavoz de la Casa Blanca aclaró adicionalmente que el presidente Trump actuó en línea con las leyes de conflictos armados en Estados Unidos para proteger nuestro país de aquellos que traen venenos letales a nuestras costas y está cumpliendo su promesa de enfrentar los carteles y eliminar esas amenazas a la seguridad nacional, para evitar que maten más norteamericanos.
Por otra parte, al definir la situación como un Conflicto Armado No Internacional, la administración Trump básicamente está diciendo que tiene la potestad de conducir la guerra, no contra un país formalmente reconocido por Estados Unidos, sino específicamente contra las organizaciones narcoterrorista que amenaza a Estados Unidos y a la región, donde quiera que estén, como ocurrió en el caso de Osama Bin Laden.
No obstante, hay que destacar que esta declaración de Conflicto Armado No Internacional, se produce en momentos en que el Gobierno Federal y el Congreso en particular, así como todas las instituciones que dependen del presupuesto público en Estados Unidos, están técnicamente cerradas, debido a la negativa del Partido Demócrata de aprobar el presupuesto presentado por Trump. Sin embargo, Trump dispondrá de 90 días para actuar, antes de que se resuelva lo del presupuesto, o de lo contrario tendría que suspender todas las operaciones previstas.
Así pues, el largo entrenamiento, los vuelos de reconocimiento, los ataques a las narcolanchas, el despliegue aéreo-naval en el Caribe, y la recolección de inteligencia estratégica, crearon las circunstancias suficientes y necesarias para esta decisión final de incursión naval, aérea y terrestre, frente a las cuales el régimen venezolano no es capaz de actuar con eficacia, como indican todas las evidencias.
Washington entró, pues, en un «camino de no retorno». El alto mando militar de Estados Unidos, en pleno, presentó al presidente Trump el plan de acción militar, que incluye la ubicación exacta de más de 100 instalaciones que serían blancos a atacar, así como las posibles ubicaciones de los más de 20 personajes que dirigen el cartel venezolano; pero también, y esto es importante, presentó el plan de trabajo para los primeros 100 días después del descabezamiento del cartel de los soles y para desmantelar la organización que tiene bajo su paraguas decenas de otros carteles criminales que operan a sus anchas en territorio venezolano.
Esto revela lo avanzado que están los planes para una transición efectiva y rápida en Venezuela, incluidas las frecuentes reuniones de trabajo que sostienen altos funcionarios de la administración Trump, con María Corina Machado y su equipo, donde se están anticipando escenarios claves para la transición, como por ejemplo la muy necesaria ayuda humanitaria internacional y su participación en las tareas de seguridad y protección de los líderes opositores y de la población dentro de Venezuela. Además, está el tema de la obtención de recursos de emergencia por parte de organismos multilaterales como el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Entre tanto, en Venezuela, la estrategia del régimen está centrada en fortalecer la retaguardia, intentando crear focos de resistencia civil–policial–militar en un escenario de colapso de las fuerzas internas, y en una campaña mediática que los ayude en ese propósito, reforzada por acciones como: adelantar la Navidad obligando a instituciones oficiales y comercios a colocar adornos navideños, iluminar la ciudad con motivos alusivos, y realizar frecuentemente, eventos musicales en muchas plazas; esto indica que saben que sus acciones ofensivas serían inútiles ante una estrategia de avasallamiento militar norteamericano, basado en el alto nivel de inteligencia e información estratégica y en la capacidad operativa de la cual dispone.
También están las diversas estructuras subterráneas (búnkers) que se han construido en diversos lugares del país, como posibles refugios para las más de 20 figuras del alto gobierno, solicitadas con recompensa por los Estados Unidos.
Al respecto un alto funcionario norteamericano dijo que «los bunkers pueden ser un buen refugio, pero también una prisión o una tumba».
Habría que agregar los acuerdos para preparar a Edmundo González en el sentido de estar listo para tomar posesión del gobierno y ubicarse cerca de Venezuela (posiblemente en Panamá), y con María Corina Machado para que ponga en marcha las acciones internas que se han decidido contra el gobierno.
Así que se le acabó el tiempo, y los próximos 90 días serán decisivos para el proceso de transición.
Fuente EL DEBATE