

EDITORIAL
Los estragos causados por la lluvia de este fin de semana en la ciudad capital no ha sido un simple daño de la naturaleza, sino más bien una irresponsabilidad municipal, debido que en los último 30 años de gestión de las diversas autoridades no se compadece con la realidad, pues los daños tanto materiales, así como humanos, pudieron haberse evitado, pero no fue así.
Cada 4 años llegan una nueva alcaldía con la promesa de trabajar a favor del pueblo, cosa esta que no pasa de simples promesas, pues la acciones nunca se ven, mientras que el ciudadano botó su voto y los resultados siguen siendo los mismos de siempre.
La falta de conciencia de los administradores de la ciudad, que solo llega a tal posición con la finalidad de llenarse los bolsillos con las recaudaciones que pagan los ciudadanos por los diversos servicios, que casi siempre son nulos.
La falta de drenaje fluvial en una ciudad creciente cada vez más, se ha convertido en un verdadero problema para el ciudadano, pues la ciudad crece cada día en población, pero no en infraestructuras que vayan acorde con el crecimiento habitacional; pero no, no porque los diversos alcaldes y sus funcionarios al parecer solo llegan para sangrar al presupuesto municipal, sin temor al daño que causan por la falta de responsabilidad administrativa, porque la idea solo es escalar a la alcaldía y así se reparten el botín, y que conste que no solo me refiero a las actuales autoridades municipales, sino a todos, porque ninguno de ellos ha cumplido con la misión para la cual fueron electos.
Hay que saber elegir, las lluvias costaron la vida a seis personas y los daños materiales son incalculables en miles de millones de pesos lo que pudo haberse evitado, si las autoridades hubiesen hecho el trabajo para el cual fueron electas, pero no basta solo con lamentarse, sino luchar por una alcaldía que les duela la vida de sus ciudadanos y el sudor de aquellos que trabajaron y que por falta de una autoridad, que cumpla con sus funciones, lo han perdido todo.