
Un acento no puede implicar una deportación. Parece pura lógica, pero ha tenido que venir la Justicia a declararlo para intentar así frenar los intentos del presidente Donald Trump de expulsar, de manera indiscriminada, a migrantes de todo el país. Después de las tensiones que han agitado California en las últimas semanas, y en especial en las últimas 48 horas, con dos redadas en granjas de cannabis al norte de Los Ángeles (en Camarillo y Carpintería) que han dejado un fallecido, una jueza ha emitido un fallo singular. Por él impide al presidente y a su mano ejecutora, ICE —iniciales de las fuerzas de inmigración y fronteras—, detener y expulsar del Estado a personas por su color de piel, el idioma que hablen, el acento que tengan o el lugar en el que vivan o se encuentren.
La cuestión es que California —el Estado más rico y poblado, con 40 millones de habitantes— ha vuelto a convertirse este viernes en el escenario del choque entre los métodos de la Administración de Donald Trump contra los migrantes y los límites que busca imponer el poder judicial. Una jueza del distrito central del Estado, Maame Ewusi-Mensah Frimpong, ha prohibido al Gobierno de Estados Unidos que realice redadas contra indocumentados que den lugar a detenciones basadas, simplemente, en sospechas. Es decir, las relacionadas con la raza, el color de piel o el idioma. Por ahora, esta regla de la jueza estará en vigor durante 10 días, pero ya hay grupos de presión tratando de ampliarla.
Los grupos en defensa de los migrantes han aplaudido la decisión, y también los principales mandatarios de California, feudo demócrata y antitrumpista por excelencia. “Hoy ha prevalecido la justicia”, ha afirmado el gobernador Gavin Newsom en un comunicado. “La decisión de la corte pone un freno temporal a las violaciones de los derechos de la gente y a la elaboración de perfiles raciales por parte de los oficiales de inmigración”. “California está del lado de la ley, y de la base por la que nuestros padres fundadores construyeron este país. Reclamo a la Administración de Trump que haga lo mismo”, ha clamado el gobernador, uno de los demócratas de más alto perfil de todo el país y blanco constante de Trump. Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, ha afirmado que la decisión de Frimpong representa “los valores y la decencia estadounidense”.
Fuente EL PAÍS