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Juan Cuevas.
Lástima que aún la democracia constitucional dominicana no contemple la “Moción de censura”, una herramienta legislativa destinada al enjuiciamiento político para echar gobiernos nefastos, como es el caso de Abinader. Mil cuarenta y nueve días hasta agosto del 2028, con la excelencia del gobierno del “CAMBIO”, condenado el pueblo dominicano a seguir “pasando el Niágara a pie” – como reza el dicho. Bueno, esperemos que el semanal no dure lo mismo, porque la tortura sería doble.
¿Qué es la moción de censura? Algunas constituciones, como la española contienen esta herramienta legislativa, con la que se pretende la renuncia del presidente, por mala gestión o corrupción. Que, de ser aprobada, el presidente en cuestión quedaría obligado a renunciar y, convocar nuevas elecciones presidenciales, aún no haya completado su período. ¡Largo trecho por caminar para nuestro desarrollo democrático constitucional, “verdad”!
¿Cuánto tiempo debe aguantar un pueblo la insensatez, la corrupción, el desfalco, la quiebra de instituciones públicas, la corruptela judicial, etc.? Para que el desenlace no sea la alteración del sistema de convivencia pacífica de los ciudadanos, sin llegar al ejemplo de Nepal. Ciertamente, que, la democracia formal dominicana ha avanzado, es innegable, tiempo atrás, la oposición estaría en las calles pidiendo la renuncia del presidente Abinader.
Como el poema de Bertolt Brecht, solo queda Abinader… Pues no falta una institución de su gobierno, que en estos cinco años “Perremeísta”. Bien sea, apropiándose de los recursos del Estado directamente, aumentándose sueldos de lujos o asignándose asimismo recursos hasta para alquilar helicópteros, entre otros. Que no esté en la palestra pública por su gestión. SENASA, MINISTERIO DE EDUCACIÓN, INTRANT, DIECOM, EDES, INABIE, LOTERÍA NACIONAL, OPRET, etc. Con ansias, esperamos ver la piedra “del que esté libre de pecado”. En fin, que seguir con la lista de despropósitos gubernamentales tuviéramos para escribir una enciclopedia de la corrupción del gobierno de Abinader.
Pero la gran medalla, se le ha de colgar al mismísimo presidente Abinader, más de cincuenta mil millones de dólares en préstamos, y lo que le faltan por tomar y, como gran obra solo vemos “la corrupción”. Al tiempo que con su “justicia independiente” intentó humillar al presidente Danilo Medina como responsable de la corrupción de su entorno. Pero él, no asume la responsabilidad de la corrupción de su gobierno, “menudo engendro de la política dominicana”. Aviso a navegantes y, reformadores de la Constitución, tienen tarea pendiente, recordar incluir la “Moción de censura”, que mucho bien le haría a la democracia dominicana.





