
Uno de los encuentros que hizo Guido Gómez Mazara con su equipo de Madrid.
Una persona normal, sin poses, amigo de los amigos.
Por Martín Bolívar Rosario
Al salir del edificio donde están las oficinas de Patxi Lopez, tenemos que esperar un momento hasta que llegase el compañero que nos llevaría de nuevo al hotel donde Guido se hospeda, no fue mucho tiempo, se tardó mas por que la lluvia sigue su agitado curso, pero finalmente llega; Guido aprovecha y le dice que nos acompañe a compartir un momento, tampoco tiene mucho tiempo, pero decide estar con nosotros un momento.
Llegamos al hotel y allí el ecuentro fue mucho mayor de lo que yo esperaba, estaban esperandole unos compañeros del partido y miembros de su equipo en Madrid, es lo normal que suceda en estos casos.
Estaban eufóricos con la aceptación de Guido ante la comunidad del PRM en Madrid, y hablaban de los encuentros que habían tenido el domingo anterior, ya es martes, pero seguimos hablando sobre eso, decidimos sentarnos en la barra del bar perteneciente al hotel.
En ese momento se ve que el encuentro será largo y tendido, Guido me anima a llamar a mi esposa para que se una a la que ya es una celebración, llegan mas compañeros del PRM, yo me siento raro en el grupo ya que no pertenezco al partido, y siempre se hablan cosas internas, alguno de los presentes tampoco sabe mi condición en la política, Guido si que la sabe, pero no pone oposición a que escuche lo que se hable, el es muy transparente.
Luego de 40 minutos, llega mi esposa, Guido todo un caballero, cambia el rumbo de la conversación del grupo y pone atención a que ella si sienta bien, le hace preguntas sobre el tiempo que tiene en España, también sobre como ha sido su adaptación al sistema y la diferencia de los dos países, que si le gusta, y así sucesivamente.
Se incrementa el número de llamadas que le hacen a Guido distintos miembros de su equipo, varios diciendole que por razones de trabajo y familiares no pudieron estar presentes en los distintos encuentros políticos, pero que podía contar con ellos para sus aspiraciones en conseguir la nomiinación presidencial por el PRM.
El ambiente se sigue tornando mas alegre, empezamos a hablar de personas conocidas comunes entre Guido y yo, uno de ellos mi primo Eddy, dice Guido: Eddy no, su nombre es Eddy Augusto de Jesús Tejeda Cruz, y empezó a contarme anecdotas de ellos dos en República Dominicana y en París.
El tiempo no se detiene, y yo tengo que ausentarme de la reunión, todavía me quedan algunos asuntos familiares y además el regreso a la casa, yo vivo en la provincia de Ávila, y aunque esta no está lejos, son mas de 100 km los que hay que recorrer, y el tiempo lluvioso no es de mucha ayuda para tomar la autovía.
Con mucho pesar me tengo que retirar, claro que antes hay que escuchar los: no te vayas, ahora es que esto está bueno, todavía es temprano; yo estoy de acuerdo con todo lo que dicen, pero el deber me llama.
Además, yo fui el primero en llegar.
Termina por ese día mi encuentro conn Guido, que empezó en la tarde lluviosa de Madrid, y que para mí terminó de noche y con la misma lluvia.
Me sentí muy contento con el trato recibido, seguro que vendrán mas encuentros parecidos con este equipo.