
En los campus españoles no hay una cultura asociada al deporte profesional, pero sí planes y becas para compaginar alto rendimiento y estudios
Gracias a películas como Rudy (1993), Coach Carter (2005), Glory Road (2006) o The Blind Side (2009) supimos de los retos asociados a la obtención de becas deportivas universitarias en Estados Unidos. El premio es jugoso: la posibilidad de financiar de forma parcial o total los estudios universitarios.
En España no existe una cultura universitaria asociada al deporte profesional como la estadounidense, pero sí hay un deseo de darle valor al deporte, por lo que algunas universidades tratan de atraer a estudiantes que desean compatibilizar su entrenamiento deportivo y la formación superior. “En nuestro país empieza a ser entendida la relación universidad-deporte de alto rendimiento. El deportista necesita un desarrollo y una formación global, donde la formación académica tenga su hueco”, explica Itziar Pagola, vicedecana de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea. En esta universidad ofrecen desde 2019 el Plan Compite, que tiene por finalidad apoyar la formación de deportistas de alto rendimiento (DAR) y de deportistas de alto nivel (DAN). Mediante dicho programa, la Universidad Europea de Madrid, la Universidad Europea de Valencia, el Centro Profesional Europeo de Madrid, el Centro Profesional Europeo de Valencia y la Universidad Europea de Canarias aplican unas condiciones económicas favorables —que se renuevan cada curso si se mantiene la condición de DAR/DAN y un buen rendimiento académico— a determinados estudiantes que a la vez sean deportistas, además de brindarles apoyo personalizado tanto en sus entrenamientos como en su desarrollo académico. Según Pagola, hasta la fecha han pasado por este programa 213 personas, tanto de España como de otras nacionalidades.
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No es sencillo ni imposible
En la Universidad Francisco de Vitoria también ofrecen desde 2018 un programa de acompañamiento educativo dirigido a deportistas: UFVDeporte. Kyko Jorreto, responsable del mismo, explica que el objetivo principal es la conciliación académico-deportiva para deportistas de alto rendimiento (DAR) que plantean compatibilizar una “carrera dual”, es decir, desarrollar su trayectoria deportiva con la exigencia que, actualmente, tiene un grado universitario en este país. “Aquellos que sostienen que en España es imposible estudiar en la Universidad y desarrollar una carrera deportiva profesional, que hay que elegir o marcharse al extranjero, se equivocan. Es difícil, es duro, pero es posible”, señala Jorreto. Este programa personalizado incluye la conciliación de horarios, la modificación de fechas de exámenes y trabajos, acompañamiento educativo, acceso gratuito al centro deportivo, condiciones ventajosas en la clínica de fisioterapia, servicio de nutricionista y becas deportivas. “El programa enfatiza el crecimiento personal y el aprendizaje durante el proceso, destacando que la medalla más importante es el propio deportista”, añade Jorreto. Por el momento han pasado más de 90 deportistas de 35 disciplinas diferentes.
Trece años lleva desarrollándose el programa de Talento Deportivo de la Universidad de Navarra (UNAV), al que se puede acceder certificando un nivel deportivo alto y pertenecer a un club para competir. Desde aquí, Pablo Martín Aguado, director de Atención al Estudiante del Vicerrectorado de Estudiantes, insiste en que hay que dejar claro que no es fácil. “A la carga ordinaria de estudio, asistencia a clases, prácticas y trabajo académico, se le suma un plan exigente de entrenamiento semanal y los desplazamientos en fines de semana para participar en las competiciones”. Es frecuente, según Martín, que se produzcan situaciones de solapamiento entre ambas actividades, por lo que sería imposible sin apoyo específico y sin flexibilidad. “En España, a mi modo de ver, los estudios universitarios se ven incompatibles con una carrera deportiva profesional. Se tiende a pensar, y hay parte de razón, en que si estudias una carrera universitaria es para ejercer profesionalmente en ese campo. Además, en muchos deportes, o a los 18 años ya estás en el circuito profesional o el nivel al que puedes llegar no te permitirá ganarte la vida con ese deporte”, sostiene.
Fuente: El País






