
El secretario de Salud de Estados Unidos ya ha mostrado su postura antivacunas alegando que algunas de ellas pueden provocar autismo
El gobierno de Estados Unidos, bajo la dirección de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud, ha cancelado 22 proyectos de vacunas, principalmente destinadas a combatir la gripe y la Covid-19. En total, se trata de un recorte de casi 500 millones de dólares, que afecta a gigantes de la industria farmacéutica como Moderna, Pfizer, Sanofi Pasteur y varias otras, cuyos desarrollos se centraban en la tecnología de ARN mensajero (ARNm).
En un comunicado, Kennedy justificó estas medidas asegurando que «revisamos la ciencia, escuchamos a los expertos y actuamos». Según declaró, las vacunas de ARNm «no protegen eficazmente contra infecciones de las vías respiratorias superiores como la COVID y la gripe». Además, insistió en que, lejos de ser la solución, el uso masivo de estas vacunas podría «fomentar nuevas mutaciones y prolongar las pandemias«.
Desde que asumió el cargo, su postura en contra de las vacunas ha sido muy clara, defendiendo que «hay vacunas con mercurio que están provocando autismo» y asegurando que «los médicos han sido corrompidos, vacunan a los niños porque les pagan«. El secretario mantiene que «es probable que den más problemas que beneficios», aunque la ciencia ha desmentido de forma reiterada el vínculo entre vacunas y autismo.

Como última parte de su reforma, Kennedy ha impulsado revisar de nuevo la relación entre vacunas y autismo y ha movido fondos hacia alternativas terapéuticas menos convencionales, incluso el uso de drogas psicodélicas en terapias psiquiátricas.
El propio Departamento de Salud (HHS), a través de la Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédico Avanzado (BARDA), confirmó que la cancelación de los contratos busca priorizar estrategias «más seguras y amplias», como dijo Kennedy. Sin embargo, los expertos en salud pública consideran que estas decisiones suponen un paso atrás, ya que los proyectos afectados estaban encaminados a hacer frente a futuras pandemias y la interrupción de estas investigaciones puede poner en riesgo la capacidad de respuesta de Estados Unidos.
En los últimos meses, Kennedy despidió a todo el panel asesor de vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alegando que así «se devuelve la confianza del público en las vacunas». En esa línea, John Besser, subjefe de laboratorio CDC ha advertido que ya «veremos un aumento de muertes innecesarias».
Precisamente en enero, durante un brote de sarampión que dejó tres fallecidos, el secretario de Salud restó importancia a la vacunación y llegó a recomendar el uso de aceite de hígado de bacalao, despreciando las advertencias de los médicos, quienes aclaran que “solo hay una causa del aumento del sarampión: la disminución de la vacunación».
Fuente: Antena 3