Las organizaciones ecologistas alertan del impacto ambiental y el riesgo para la salud humana de la «marea blanca» de millones de ‘pellets’ que actuarían como «píldoras tóxicas». El vertido afecta a las costas de Galicia y ya se ha extendido hasta la vecina Asturias y otras zonas del Cantábrico.
Las organizaciones ecologistas estiman que el vertido de ‘pellets‘ que afecta a las costas de Galicia (en el noroeste de España) y que ya se extiende también por la región vecina de Asturias y otras zonas del mar Cantábrico, podría contener millones de estas diminutas bolitas blancas de plástico usadas en la fabricación de productos plásticos, que podrían suponer un peligro para la vida marina y humana, ya que pueden descomponerse en microplásticos y nanopartículas aún más pequeñas, que pueden ser consumidas por los peces que luego son capturados por los pescadores.
La unidad de medio ambiente de la Fiscalía General del Estado abrió diligencias de investigación y expresó temores de que los ‘pellets’ puedan tener propiedades tóxicas. Hay indicios, además, de que hayan llegado ya hasta la costa francesa.
Según Ecologistas en Acción, que critica la inacción del Gobierno regional de Galicia y presentó una demanda contra la empresa propietaria del buque causante del vertido, la «marea de pequeñas bolas de plástico blancas» ya ha afectado «a diez espacios protegidos de la Red Natura 2000, así como al Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, al Parque Natural de Corrubedo y a numerosas zonas de costa y arenales». La forma de los pellets atrae a muchas «especies de aves, peces y crustáceos que los confunden con ovas», por lo que los ingieren y trasladan así a la cadena alimentaria, con el consiguiente riesgo para los consumidores humanos.
Los ‘pellets’ actúan «como esponjas para las toxinas»
Jordi Oliva, cofundador de Good Karma Projects, una ONG española dedicada a luchar contra los microplásticos en el mar, dijo que se trata del mayor vertido de ‘pellets’ que su grupo ha visto en aguas españolas. Según Oliva, estas bolitas actúan como esponjas para las toxinas que ya están en el agua, convirtiéndolos en píldoras tóxicas para cualquier criatura marina que los coma.
“Esto se suma al problema de los microplásticos”, añadió Oliva. “Hay que poner el foco del debate no en quién limpia esto, porque el mes que viene podríamos encontrarnos nuevamente corriendo (para limpiar otro vertido) si no hay una regulación que garantice que este tipo de material se maneje con cuidado”, subrayó, al tiempo que expresó su esperanza de que el incidente sirva de impulso para que la Unión Europea y las autoridades nacionales tomen medidas legislativas para regular y controlar el problema de fondo.
La «marea blanca» se detectó hace casi un mes
Según la asociación Noia Limpa, desde el 13 de diciembre comenzaron a avistarse enormes cantidades de estas pequeñas bolas de plástico dispersas en la región de las Rías Baixas gallegas, especialmente en la ría de Muros y Noia, en la provincia de La Coruña. Los sacos que se encontraron en las costas gallegas llevaban impreso el nombre de la empresa Bedeko Europe.
La Delegación del Gobierno de España en Galicia explicó que el buque portacontenedores Toconao, que navega bajo bandera liberiana, perdió seis contenedores el 8 de diciembre frente a la costa de Portugal, a unos 80 kilómetros al oeste de la localidad de Viana do Castelo. Uno de los contenedores contenía 1000 sacos de ‘pellets’ y cada saco contenía 25 kilos de las pequeñas bolas de plástico, según las mismas fuentes.
En los últimos días, el Gobierno central expresó reiteradamente su disposición para movilizar un operativo con medios estatales acorde al nivel 2 de emergencia en cuanto las administraciones autonómicas lo requiriesen, dado que la competencia para activar dicho nivel es de ámbito regional. El martes, el Ejecutivo de Asturias elevó la alerta y solicitó así la asistencia del Gobierno de España. Poco después, Galicia anunció que también lo haría, aunque las autoridades gallegas no concretaron inmediatamente qué medios necesitaban del Estado.
En un mensaje en la red social X, el presidente del Gobierno regional (la «Xunta de Galicia«), Alfonso Rueda, precisó que su Ejecutivo ha desplegado en las playas un dispositivo que «pronto llegará a los 300 efectivos» y pidió al Gobierno central que actúe dentro del mar para «interceptar los sacos antes de que se rompan y lleguen a tierra».
Cruce de acusaciones entre administraciones
En un hilo en la red social X, el ministro de Transportes, Óscar Puente, dijo que la Xunta de Galicia no activó el nivel mínimo de emergencia hasta el 5 de enero y que, desde el primer avistamiento de ‘pellets’ el 13 de diciembre hasta entonces, el Ejecutivo regional no hizo nada.
Por su parte, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reprochó entonces al Gobierno nacional la falta de datos para poder decidir si elevar la emergencia al nivel 2, que permitiría la activación de medios estatales y acusó al Ejecutivo central de usar el tema para hacer «campaña» ante el período preelectoral que se abre en la región.
En medio de la polémica, Greenpeace reclamó «coordinación entre las administraciones» ante el «grave impacto ambiental y potencial peligro para la salud humana».
Los municipios afectados, asociaciones de la sociedad civil y cientos de voluntarios se han organizado para limpiar las playas y costas de la zona, de las que además depende la industria pesquera y marisquera local. En el litoral gallego aún perdura el recuerdo de la devastación producida por un vertido del petrolero Prestige en 2002.
Fuente Euronews