
No todos participaron activamente, pero todos estuvieron: lo que revela el caso de violación grupal en Santiago
El expediente de solicitud del Ministerio Público sobre la violación de una joven de 21 años en Villa González, Santiago, detalla que los seis imputados no tuvieron la misma participación.
La cronología judicial los divide entre quienes agredieron físicamente y quienes observaron, pero participaron en algunos momentos grabando o simplemente divirtiéndose con lo ocurrido en una vivienda privada a la que fue llevada la víctima.
La joven había salido con amigas a un local de Santiago. Al sentirse mal, aceptó la ayuda de conocidos que se ofrecieron a llevarla a un centro de salud. Según la acusación, el traslado nunca ocurrió: fue conducida en una motocicleta a una casa donde se materializó la agresión.
De acuerdo con la acusación, Yamir Fernando Pérez Toribio (Ferrere) y el hoy prófugo Erik Castro Álvarez, también identificado como Eriberto Castro Díaz (Álvarez o Pochón) se ofrecieron a llevar a la joven a un centro de salud en una pasola, con la aparente intención de ayudarla. Sin embargo, nunca ingresaron a ningún hospital.
La Fiscalía sostiene que, bajo la apariencia de buena voluntad, la condujeron hasta la residencia de Pérez Toribio, ubicada en La Javilla, municipio de Villa González, en Santiago.
Allí ya esperaban los demás imputados: Edwin Manuel Castro Guzmán (el Guaro), Javier Eduardo Núñez Toribio (Bebé), José Alfonso Rubiera Rodríguez (Fonso), Oniel Rafael Pichardo Martínez (Contreras) y Delfri de Jesús Rodríguez (Yiyo).
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Los roles: agresores y observadores
De acuerdo con el documento de la Fiscalía, Yamir Fernando Pérez Toribio (Ferrere), José Alfonso Rubiera Rodríguez (Fonso) y Edwin Manuel Castro Guzmán (a) El Guaro, tuvieron participación directa en la violación sexual.
Por otro lado, ubica a Oniel Rafael Pichardo Martínez (Contrera), Javier Eduardo Núñez Toribio (Bebé) y Delfri de Jesús Rodríguez (Yiyo) en un rol distinto: permanecieron en la escena como observadores.
Según la acusación, mantuvieron una postura de espectadores, presenciando lo que ocurría sin intervenir para detenerlo, y reaccionando con aparente complacencia ante lo que estaba sucediendo.
La investigación añade que el momento fue grabado en videos que muestran tanto a quienes participaron de forma directa como a quienes estuvieron presentes como testigos activos de la violencia. Ese registro audiovisual es ahora una de las piezas centrales en el proceso judicial.
El expediente agrega que los imputados no se limitaron al acto físico. Parte de la agresión fue grabada y esos archivos se compartieron entre terceros y en redes sociales.
Fuente Diario Libre