En Bélgica, las prostitutas pronto tendrán acceso a los mismos derechos sociales que los demás empleados, gracias a una ley aprobada en mayo de 2024. Es un esfuerzo sin precedentes para regular el sector, pero no todo el mundo está convencido.
Hasta ahora, los bares de alterne y los salones de masajes eróticos de Bélgica funcionaban en una zona legal gris: las trabajadoras del sexo cobraban en efectivo o tenían contratos de camareras. Se consideraba una puerta abierta a los abusos, según los partidarios de la ley.
«Sienta bien saber lo que está legalmente permitido, porque la cuestión siempre ha sido si hacíamos las cosas correctamente o no», dice Alexandra Moreels, propietaria de un salón erótico.
Normas claras para el sector
Al despenalizar ciertas formas de proxenetismo, el gobierno pretende imponer normas claras al sector, crear estatutos adaptados a los aspectos específicos y únicos del trabajo sexual y garantizar el acceso a las prestaciones de desempleo, el seguro de enfermedad y la baja por maternidad.
Para contratar legalmente, los empresarios deben comprobar sus antecedentes penales, obtener una autorización para operar y tener su sede en Bélgica. También deben respetar el derecho de sus empleados a rechazar a un cliente y a interrumpir un acto sexual en cualquier momento.
«No tenemos ningún problema al respecto, así que aquí todo es legal. Es como se describe en la ley que viene ahora. Las señoritas deben poder elegir con qué cliente quieren hacerlo. Aquí ya es así», dice Kris, marido de Alexandra y co-propietario del salón.
«Obviamente, algunas se ven obligadas a aceptar clientes. Y por eso, para esas personas, es super-importante que se haya aprobado esta ley«, explica Manon, trabajadora del sexo en Bélgica desde los 19 años. «Debe ser un trabajo que nos ofrezca los mismos derechos que a cualquier otra persona», añade.
No aceptada unánimemente
Sin embargo, esta reforma no es acogida unánimemente, sobre todo entre ciertas asociaciones feministas que denuncian una mercantilización del cuerpo de las mujeres y un texto inadaptado a las situaciones de las prostitutas migrantes y víctimas de la trata de seres humanos. Sin permiso de trabajo, no pueden ser contratadas en el marco de la nueva ley.
«Esto favorecerá a proxenetas y traficantes que ya se benefician de una enorme impunidad en Bélgica», afirma Mireia Crespo, directora de ISALA, asociación que apoya a mujeres prostituidas en situación vulnerable.
El enfoque más realista
Sin embargo, muchos profesionales del sector consideran que esta reforma es el planteamiento más realista:
«El trabajo sexual existe. Y si no se hace al aire libre, existirá en la clandestinidad», afirma Karin Van Der Elst, propietaria de Villa Tinto, en Amberes, un complejo inmobiliario donde las prostitutas pueden alquilar ventanas por días.
A estas alturas, la nueva ley sigue planteando muchos interrogantes. Según los expertos, harán falta varios años para evaluar sus efectos sobre las condiciones de vida de las trabajadoras del sexo, así como sobre la trata y el proxenetismo.
Fuente Euronews